EFE5 min lecturaEl sueño de Lizardo Benítez es que en un día no muy lejano, por qué no en los próximos Juegos Olímpicos de Tokio 2020, un cubano participe en la competición de MTB, algo para lo que luchan Ludisnelis Fleitas, Álvaro Soca y Antuán Giral, que estos días en la Andalucía Bike Race (ABR) compiten con los mejores especialistas mundiales en igualdad de condiciones.
Para que el sueño del entrenador de Ludisnelis, Álvaro y Antuán y también el de otros tantos pueda ser posible es fundamental la aparición en escena del español Miguel Espinosa, que entró en contacto con el técnico después de que en una competición que disputaba en Santo Espíritu viera el potencial de los corredores locales.
"Vi el rendimiento que tenían con el material que disponían, pensé que era una buena oportunidad. Hablé con Lizardo, con la Federación y el INDER (Instituto Nacional del Deporte Cubano) y tiramos para adelante, aunque todo se precipitó cuando recibimos una invitación de Octagon para participar en la ABR", comenta Espinosa.
El asunto se aceleró. La marca Vitoria ofreció las bicicletas, unas plumas de fibra de carbono que nada tenían que ver con las pesadas bicicletas de aluminio y acero que utilizan en la isla caribeña; Mobel les hizo llegar la ropa técnica, Ashebikes también puso su granito de arena, la Federación Cubana se hizo cargo de los billetes de avión y la organización de la ABR del resto.
"En Cuba llueve pero no tiene nada que ver con esto. Hoy hemos corrido con fango y con frío. No estamos nada acostumbrados, pero me fue bien y quedé décima", comenta Ludisnelis, que es decimosexta en la general.
"Cuando aceleran están a un nivel muy alto. En Cuba ando con los punteros cuando corro y no tiene nada que ver con lo que se ve aquí. Hay muchos tramos técnicos a los que no estamos adaptados", apunta Soca.
Giral comenta que no es por falta de entrenamiento, ya que durante la semana solo descansan el domingo. "Uno de los problemas es el material, solo tenemos las condiciones humanas, tienen buena preparación, pero no un buen material y en igualdad de condiciones pueden hacer un buen papel", recalca Benítez.
En Cuba es casi misión imposible disponer de una bicicleta de fibra de carbono. En el mercado negro se llega a pagar una fortuna por ellas (entre 1500 y 2000 dólares).
"Además son muy difíciles de adquirir y prácticamente imposible de mantener, no tenemos acceso a ellas ni tampoco a los recambios", insiste Lizardo.
Las bicicletas proceden de extranjeros, que las llevan a la isla, las dejan allí y alguien después las compra. "No hay tiendas de bicicletas que las vendan", aclara Álvaro Soca.
Lizardo ve cómo cada día que pasa en la ABR, sus corredores van más rápido. "Si tuviéramos la suerte de participar en varias carreras UCI, el rendimiento sería mejor", comenta Lizardo Benítez, un notable corredor en su país que en 2005 llegó a ganar una etapa de la Vuelta a Castilla-León.
Puede que el camino hacia Tokio haya empezado entre los olivares de Jaén o entre los senderos de Sierra Morena. El siguiente paso para los 'bikers' cubanos será el Campeonato Panamericano, que se corre el próximo abril. El mes de julio será cuando participarán en los Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla (Colombia) y para entonces sabrán si están más cerca de los ciclistas colombianos, los costarricenses o los mexicanos, los referentes en su zona.
"Trabajamos para eso, para que un cubano pueda participar en los Juegos. Esa es la razón para la que trabajamos, competir en unos Juegos, en un Mundial. Tenemos la calidad humana y el trabajo. Este año seguro que conseguiremos mejor resultado", insiste Lizardo Benítez ante la mirada ilusionada de Ludisnelis, Álvaro y Antuán.
Suena el teléfono de Miguel Espinosa, que gestiona unos nuevos pedales para las bicicletas y agradece el desinteresado apoyo que los grandes equipos le están dando al proyecto en la ABR.
"El año próximo la idea es poder competir en tres carreras de este nivel. Veremos cómo podemos conseguir el presupuesto", dice Espinosa. Ludisnelis, Álvaro y Antuán miran al cielo; Lizardo sabe que está ante una de las grandes oportunidades del mountain bike cubano.