Cuando acudimos a un parque de atracciones buscamos la máxima sensación de adrenalina. Por unas horas nos olvidamos de la rutina y nuestros problemas para probar nuevas sensaciones, desconectar y, ¿por qué no?, llegar a límites insospechados de emoción. Lo que no sabemos es que a partir de ahora esos estados de máxima euforia pueden provocar la muerte.
Es al menos lo que se pretende con este prototipo de montaña rusa. Su creador, Julijonas Urbonas, la describe como "montaña rusa de la eutanasia" y está dotada de una altura de 500 metros en su pico más alto, medio kilómetro. Impulsados los carros desde esa altitud y cuesta abajo, el objetivo es que la sangre de sus pasajeros se traslade hasta la zona de la planta de los pies, de tal forma que el cerebro literalmente, se seque.
Estos síntomas provocan una eufórica sensación que acaba con el fallecimiento, energía cinética mediante, de los tripulantes en cuestión.
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