PYEONGCHANG 2018 SNOWBOARD

Regino Hernández: "Es un orgullo ser recordado junto a Paquito y Blanca"

Regino Hernández: "Es un orgullo ser recordado junto a Paquito y Blanca"
Regino Hernández: "Es un orgullo ser recordado junto a Paquito y Blanca"
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 10 min lectura

Hasta la exitosa irrupción de Regino Hernández en la prueba de boardercross de snowboard de los Juegos Olímpicos de PyeongChang, el deporte español contaba únicamente las medallas de los hermanos Paquito y Blanca Fernández Ochoa en citas invernales. Él fue oro en el eslalon de Sapporo'72. Ella, bronce en la misma disciplina de esquí alpino en Albertville'92.

Los 26 años de sequía encontraron su fin con la brillante actuación del ceutí de la federación andaluza, que presume "orgulloso" durante su visita a la sede central de la Agencia EFE en Madrid de ver su nombre "en una lista que es corta, pero que a la vez es importante, junto a Paquito y Blanca Fernández Ochoa y Javier Fernández", asimismo bronce en patinaje artístico en Corea del Sur.
 

- Pregunta (P): ¿Ha asimilado ya que es medallista olímpico?
- Respuesta (R): Todavía no he terminado de asimilar el valor que realmente tiene esta medalla, que es histórica, porque hacía 26 años de la última. Tenemos la suerte de que Javier Fernández ha conseguido otra. En estos Juegos hemos conseguido tantas como en toda la historia de los Juegos Olímpicos de Invierno.

- P: 26 son los años que pasaron desde la anterior medalla y son, también, los que usted tiene.
- R: Parece que estaba todo escrito y me alegro muchísimo de que haya sido así. Siento mucho orgullo al ver mi nombre en una lista que es corta pero que a la vez es tan importante, junto a Paquito y Blanca Fernández Ochoa y Javier Fernández. Es un orgullo increíble. Para cualquier persona, sea en el ámbito deportivo o no, el mayor mérito es dejar huella en este mundo. Y yo he podido dejar mi marca y mi huella en la historia del deporte. Me recordarán junto a Paquito y Blanca. Eso me hace más feliz que el simple hecho de haber conseguido la medalla.

- P: ¿Qué recuerda de ese histórico 15 de febrero?
- R: La verdad es que normalmente me suelo poner bastante nervioso en competición y ese día estaba supertranquilo, superrelajado. Algo me decía que el circuito era perfecto para mí. Después, cuando llegué a meta y vi que era tercero sentí que lo había conseguido. En ese momento es cuando viene toda la euforia. Era muy inesperado.

- P: Inesperado porque en boardercross cada ronda es realmente una final. Si falla, está fuera. ¿Cómo gestiona esa situación?
- R: Cada uno lo gestiona como puede y yo necesito estar distraído hasta cinco minutos antes de salir al portillón porque como empiece a pensar y a darle vueltas a la cabeza empiezan a venir los nervios. Cuando quedan cinco minutos para salir es cuando me centro y me pongo a pensar en la carrera.

- P: ¿Y en la medalla?
- R: Sí, por supuesto. Este año he estado en un par de finales y siempre me ha costado dar el paso de llevarme la medalla. De hecho, éste es el segundo podio a nivel absoluto de mi carrera. He estado en cinco o seis finales pero me faltaba dar ese pasito de confianza en las finales, de decir: 'estoy en la final y puedo luchar por la medalla'. No sé por qué en estos Juegos tenía tan claro que estaba ahí para luchar. Saber que tenía el tercer tiempo más rápido me dio esa confianza para saber que podía luchar por la medalla.

- P: Es de bronce pero, ¿sabe a oro?
- R: Sí, es un bronce que sabe a platino. Es la medalla más soñada por cualquier deportista y haberla conseguido es impresionante.

- P: ¿Sale reforzado de PyeongChang?
- R: Sin ninguna duda. Esto me da un plus de energía y, sobre todo a nivel mental, el empujón que necesitaba para saber que estoy con los de delante de verdad. Ahora sé que en cualquier competición puedo hacerlo muy bien.

- P: Es campeón del mundo júnior, subcampeón del mundo absoluto por equipos y bronce olímpico. Le falta conseguir alguna victoria en la Copa del Mundo y el podio en un Mundial a título individual. ¿Esas son sus próximas metas?
- R: Ahora mismo sí. Quedan todavía tres pruebas en el circuito de la Copa del Mundo, voy séptimo en el ránking, muy cerca del cuarto e incluso del tercero y lucharé en las tres competiciones que quedan por estar lo más arriba posible. Además, en la competición por equipos Lucas Eguibar y yo tenemos la posibilidad de ganar el Globo de Cristal. El año que viene, en el Mundial, también quiero conseguir la medalla. Lucharé cada carrera.

- P: Esos objetivos podrían parecer una quimera en sus primeros Juegos, en Vancouver 2010.
- R: Tenía 17 años y fui simplemente a disfrutar, a vivir una experiencia más. Para nada me hubiese creído que ocho años más tarde tendría una medalla.

- P: ¿El primer gran cambio se produce en 2014, en los de Sochi?
- R: Ahí ya sí fui a luchar. No tenía una posibilidad de medalla real, pero esto es boardercross y con suerte cualquiera puede llevarse la medalla. Iba a luchar por intentar estar entre los diez mejores, pero tuve una caída yo solo. En Vancouver también me caí solo. Por eso en estos Juegos me preguntaba si tenía o no la negra.

- P: ¿Está más satisfecho por el premio que recogió o por cómo compitió en PyeongChang?
- R: Está relacionado. Creo que es la mejor competición de mi vida y encima gano el bronce. Siento que he avanzado muchísimo. Mentalmente quería intentar estar más tranquilo, ganar esa confianza que me faltaba para estar con los mejores.

- P: ¿Qué le hizo dar ese clic?
- R: Pues la verdad es que no lo sé. En estos Juegos me sentí confiado. Hablaba con mi novia y con mis padres y les decía que no sabía lo que pasaba porque estaba muy tranquilo. Me sentía hasta raro. Era como que ya sabía que todo iba a ir bien. Solo me dio un bajón después de la primera carrera, pero al hablar con mi entrenador me di cuenta de los fallos que había cometido. Al corregirlos todo fue mucho más fácil.

- P: ¿Qué pensó tras esa primera ronda?
- R: Lo primero que se me pasó por la cabeza es que mis Juegos Olímpicos no se podían terminar así. Con la 'foto finish' me dije que no podía terminar otro año mal.

- P: ¿Cómo convirtió ese momento crítico en otro positivo?
- R: Yo soy de los que piensan que si en la cabeza lo tienes todo negativo todo va a salir mal. En cambio, si algo negativo intentas convertirlo en algo positivo te va a ayudar mucho.

- P: Pasó algo parecido en los Mundiales de Sierra Nevada. ¿La medalla de plata en la prueba por equipos fue su trampolín?
- R: Un poco sí. El día anterior, en la prueba individual, tenía el tercer mejor tiempo y sufrí una caída. Fue un poco chasco, pero pude estar con los míos, despejar la cabeza después de un día tan fatídico y tener otra oportunidad. La plata por equipos me ayudó mucho, me hizo ver que tengo el nivel para estar con los mejores.

- P: Pocas horas después de aquel éxito falleció el entrenador del equipo, Israel Planas. ¿Cómo salió de una situación tan difícil para poder brindarle el mayor éxito de su carrera?
- R: Se pasa como se puede, la verdad. Fue algo muy duro después de la plata individual de Lucas Eguibar en la competición individual y la plata por equipos. Pero teníamos que salir adelante. Él nos trataba siempre como guerreros y nos enseñó que nunca en la vida hay que rendirse, que hay que luchar por lo que uno quiere, en el deporte y en la vida. No podíamos hacer menos que salir adelante y luchar. Él es el principal culpable de este bronce. Nuestro mayor salto de nivel en el snowboard fue con él. Empezamos a obtener resultados gracias a él. Él es el que me ha hecho llegar hasta aquí.

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