50 ANIVERSARIO MÉXICO'68

Los atletas se sacuden la ceniza y estrenan falda escocesa: nace el tartán

Los atletas se sacuden la ceniza y estrenan falda escocesa: nace el tartán
Los atletas se sacuden la ceniza y estrenan falda escocesa: nace el tartán
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 7 min lectura

Madrid, 24 jun (EFE).- La altura, también. Pero otra de las razones, quizá la principal, por la que en los Juegos Olímpicos de México'68 se batieron catorce plusmarcas mundiales de atletismo fue el debut estelar de una pista de competición que ofrecía asombrosas prestaciones y que respondía al enigmático nombre de 'tartán'.

Hasta entonces, el término solo era conocido fuera de Escocia por sastres y modistas.

Sin saber cómo se denominaba, muchas niñas de la época padecieron durante su infancia el picor que les causaba en las piernas un tejido grueso de lana, que combinaba rayas cruzadas de distintos colores y con el que se cortaban las faldas escocesas, muy de moda entonces. Esa tela era el tartán.

Las competiciones de atletismo se habían disputado hasta la fecha sobre pistas de ceniza, superficie que presentaba algunos inconvenientes, sobre todo en caso de lluvia. "Los pies tendían a resbalar. Por eso la necesidad de emplear en las zapatillas unos clavos enormes", explicó a Efe el español Ignacio Sola, que participó en la prueba de pértiga en aquellos Juegos de México que celebran este año su 50 aniversario.

Un año antes de la cita olímpica, la multinacional estadounidense 3M había comenzado a probar una pista nueva, una especie de goma con granulado que era apta "para todo tipo de climas".

Cuando la patentaron, los directivos de la firma recordaron que sus más célebres creaciones, la cinta adhesiva y el estropajo, habían triunfado con el nombre de 'Scotch Tape' (cinta escocesa) y 'Scotch Brite' (brillo escocés). Deseosa de correr la misma buena suerte empresarial, la compañía recurrió a otra palabra escocesa para su flamante pista de atletismo y nació así el tartán ('tartan' en inglés).

"También había que utilizar clavos, pero más pequeñitos. Se obtuvieron marcas muchísimo mejores en velocidad", indicó Ignacio Sola, que también mencionó "algunos inconvenientes" de la nueva superficie: "cansaba mucho las piernas, no era para entrenar diariamente".

Jorge González Amo, otro atleta español que participó en aquellos Juegos, en la prueba de 1.500 m, afirmó que "en el atletismo hay un antes y un después del tartán", que aportó "muchísimas ventajas".

"A los saltadores les permitía entrar más rápido en la batida. A los que nos dedicábamos a dar vueltas", dijo, "nos posibilitó hacerlo en una pista en las mejores condiciones. Con la ceniza, si antes habían corrido 10 o 12 atletas un 5.000 o un 10.000, te la dejaban como un arenal".

Con todo, al primer español en correr los 1.500 en 3:40 prefería la ceniza: "El tartán me agarrotaba. Y me gustaba el olor a tierra mojada", indicó González Amo, partidario de "reivindicar" y dar mayor valor a las marcas que se lograron sobre la vieja pista.

"Correr los 100 m. en 10 segundos sobre ceniza, como hizo Robert Hayes en los Juegos de 1964, es de un valor importantísimo", indicó.

Tres estadounidenses se encargaron de convencer a los responsables de los Juegos de México'68 de que instalasen en el Estadio Olímpico Universitario una pista de tartán: el lanzador de peso Bill Nieder (oro en Roma'60), que había ayudado a desarrollar el producto; el entrenador Bert Bonanno, que preparaba al equipo mexicano y medió entre los organizadores y 3M; y el gran Jesse Owens (4 oros en Berlín'36), contratado por la firma para apoyar su causa.

El tartán se empleó en algunas competiciones desde un año antes y ciertos países, España entre ellos, pusieron una pista del nuevo material a disposición del equipo que preparaba los Juegos. Pero México'68 fue la puesta de largo oficial ante los ojos del mundo.

"No se ha cuantificado", dijo Jorge González Amo, cuánto mejoraron los tiempos gracias al tartán, aunque estimó que "en los 1.500 podía haber una rebaja de 3 o 4 segundos".

Pero lo cierto es que "el tartán, la altitud, el cronometraje electrónico y una generación espectacular de atletas" se aunaron para que en los Juegos de México'68 se mejoraron las plusmarcas mundiales masculina y femenina de 100 m. (James Hines, 9.95; Wyomia Tyus, 11.08), 200 m. (Tommie Smith, 19.83; Irena Szewinska, 22.58), 4x100 (Estados Unidos, 38.24 y 42.88) y longitud (Bob Beamon, 8,90; Viorica Viscopoleanu, 6,82), las masculinas de 400 m. (Lee Evans, 43.86), 400 m. vallas (David Hemery, 48.12), 4X400 (Estados Unidos, 2:56.2) y triple salto (Viktor Seneyev, 17,39) y las femeninas de peso (Margitta Gummel, 19,61) y pentatlón (Iryna Press, 5.240).

Raúl Chapado, presidente de la Federación Española y explusmarquista nacional de triple salto, a quien el cambio al tartán le pilló de niño, recuerda aún la sensación de "clavar los tacos, haciendo incluso un agujerillo" en las pistas de ceniza.

"Las rayas se pintaban con cal, como en el fútbol. El día de la competición tenías la sensación de estrenar pista. El tartán fue como un paso de lo viejo a lo nuevo", expresó.

El tartán sobrevivió como superficie elegida en los Juegos Olímpicos hasta la edición de Barcelona'92, en la que se optó por la oferta de la firma italiana Mondo, dominante desde entonces.

Este nuevo piso era de goma, pero de mayor dureza, uniformidad y elasticidad que el tartán, y permitía alcanzar más velocidad.

La pista Mondo tiene una capa inferior que absorbe el impacto y otra superior, más sólida, que ofrece resistencia y mejora la tracción.

En el último año, por ejemplo, diez pistas españolas se han equipado con la más reciente generación del pavimento Mondo, el Sportflex Super X 720: caucho macizo sobre una capa de alveolos llenos de aire que garantizan, asegura la firma, "una respuesta motriz inmediata".

"Hay una innovación permanente. Materiales que son probados, homologados... La ceniza se homologaba a distancia", recordó Chapado.

Alta tecnología al servicio de las marcas, aunque el 50 aniversario de los Juegos de México es buen momento para recordar que la gran evolución estuvo inspirada por una falda escocesa.

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