El
Alcázar es uno de los lugares de Sevilla que ningún visitante ni sevillano se puede perder. Una gran construcción y en la que han ocurrido historias de lo más curiosas. Además de estar declarada
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, también está considerado como el palacio en activo
más antiguo de Europa.
Desde la conquista musulmana, el Alcázar empezó a tomar aspecto y a acoger a los gobernantes desde el
720. Con el paso de los años, fue creciendo y ocupando más terreno, además de ir mezclando estilos arquitectónicos. El cambio más importante se produjo después de la Reconquista cristiana, cuando reyes como
Alfonso X o Pedro I llevaron a cabo importantes reformas. El primero levantó tres grandes salones góticos y el segundo construyó dentro del recinto un palacio que es uno de los mejores ejemplos de la
arquitectura mudéjar, dándole el aspecto que casi conserva hoy en día.
Entre sus muros han nacido y muerto reyes e incluso se han producido bodas reales, como la del emperador
Carlos I de España. Escenario de rodajes de varias series y películas, posee también unos amplios
jardines, con una gran variedad de plantas y fuentes.
Cualquier residente o nacido en Sevilla puede entrar sin tener que pagar. Así que no hay excusas para que los sevillanos vayan a contemplar este trozo de historia sevillana.