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Mabil, un futbolista de elite que sueña con hacer felices a los refugiados

Mabil, un futbolista de elite que sueña con hacer felices a los refugiados
Mabil, un futbolista de elite que sueña con hacer felices a los refugiados - Carlos García (Paços de Ferreira, Portugal)
EFEEFE5 min lectura
Se llama Awer Mabil, tiene 22 años, su ficha como futbolista de primera división en Portugal ronda los 5.000 euros mensuales y ha creado una Fundación para ayudar a los refugiados del campo de Kakuma (Kenia), donde nació y estuvo hasta los 10 años con su familia.

Procedente de la liga danesa, Mabil, que juega cedido en el club luso del Paços de Ferreira, revela, en una entrevista con EFE, que ha creado la Fundación 'Barefoot to Boots' con el fin de mejorar las condiciones de vida del campo de Kakuma, al que llegó con su familia huyendo de las guerras de Sudán del Sur.

Allí jugaba al fútbol con los amigos y eso le servía para olvidar los problemas que existen en un lugar donde hay 170.000 personas, de las que 14.000 son niños huérfanos.

"Pasaba los días jugando al fútbol", asegura Awer Mabil, que en las últimas jornadas se ha consolidado como titular en la zona ofensiva del Paços de Ferreira, formando dupla delantera con uno de sus ídolos, el brasileño Whelton.

Vivió con sus padres y otros familiares en el campo de refugiados hasta los diez años, momento en el que su familia decidió partir para Australia y asentarse en los suburbios del norte de Adelaide, donde Mabil seguía jugando al fútbol durante gran parte del día.

Practicando el fútbol de calle lo vieron algunos "ojeadores", que lo ficharon para las categorías inferiores del Adelaide United, con equipo en la primera división australiana.

Desde las categorías inferiores, el potente delantero recibió la llamada del entrenador del primer equipo, el español Josep Gombau (ex de la escuela del FC Barcelona), que ese mismo año, en 2013, había cogido las riendas del Adelaide United para convertirlo en uno de los referentes del fútbol australiano.

"Gombau me ayudó mucho a crecer como futbolista, es un gran profesional que me enseñó mucho", reconoce el futbolista.

Con 17 años, Mabil pasó de jugar en los campos de refugiados o en los suburbios de Adelaide a tener su primer contrato profesional.

A partir de entonces comenzó otro de sus grandes retos, crear una Fundación para ayudar a los amigos, familiares y miles de personas que se quedaron en Kakuma.

En un principio, Mabil creó la Fundación para, con parte del dinero que ganaba, enviar balones y equipaciones al campo de refugiados.

Sin embargo, sus contactos como profesional le permitieron acercarse a empresarios y a dirigentes de Australia por lo que "la fundación creció" y ahora tiene "unos objetivos más amplios".

En breve, según avanzó a EFE, Mabil irá al campo de refugiados para entregar todo lo que ha ido recibiendo desde distintas entidades y reencontrarse con familiares y amigos.

Ahora es internacional Sub-23 con Australia, escaparate que le sirvió para que se fijara en él el club más relevante de Dinamarca, el Midtjylland, que lo acabaría fichando en el verano de 2015 para cederlo a los daneses del Esbjerg, donde logró hasta el verano pasado unos excelentes números como delantero.

Aunque tiene contrato hasta 2020 con el Midtjylland, este año jugará cedido en el Paços de Ferreira, donde está progresando como futbolista en "una de las siete mejores ligas del mundo", considera.

Su ídolo en el Paços es su propio compañero de ataque, el brasileño Whelton, que está en la agenda de importantes clubes de otras ligas europeas.

En Portugal admira al argelino del Porto Brahimi y cree que este año el club de los dragones es el claro favorito para alzarse con el título.

Su siguiente reto, jugar en alguna de las dos ligas más importantes del mundo, la de España o la Premier League.

Y si se le cuestiona sobre el mejor jugador del mundo, la respuesta es rápida: 'I love Ronaldo', aunque también se refiere a Neymar y a Messi como grandes estrellas.

Se decanta por Ronaldo porque el delantero del Real Madrid "ha tenido que trabajar mucho para lograr todo lo que consiguió".

Mientras tanto, a las órdenes del técnico del Paços, Petit, Awer Mabil promete "trabajar muy duro", siempre con la mirada puesta en su Fundación que, además de trabajar con los refugiados de Kakuma, ya ha proporcionado camisetas, botas o medicinas a otros campos de Turquía, Líbano o Uganda.

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