FÚTBOL ATLÉTICO DE MADRID-BARCELONA

El fútbol brilló sobre las polémicas

El fútbol brilló sobre las polémicas
El fútbol brilló sobre las polémicas
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 7 min lectura
Madrid, 14 oct (EFE).- El fútbol brilló sobre las polémicas políticas en el Atlético de Madrid-Barcelona, tanto en la versión esforzada y vertical de los locales o en la posesiva y fluida de los visitantes, en un partido resuelto con un empate que recompensó los esfuerzos de ambos equipos. Los jugadores, que ofrecieron un espectáculo de estilos contrapuestos, con ocasiones y goles, los de Saúl Ñíguez y Luis Suárez, hicieron olvidar la polémica que precedía al partido, el primer encuentro del Barcelona fuera de casa después de los hechos sucedidos en Cataluña a partir del 1 de octubre. Durante los días previos se había insistido desde el club rojiblanco en que lo que se iba a dirimir en el Wanda Metropolitano era un partido de fútbol, y eso mismo expresaron los presidentes de ambos clubes antes de la comida de directivas. "Fútbol, fútbol y fútbol", recalcó el dirigente rojiblanco Enrique Cerezo. El ambiente previo, con varias horas de actividades organizadas en los alrededores del Wanda Metropolitano, fue primordialmente futbolero, aunque también contó con una destacada presencia de banderas españolas portadas por los aficionados, ninguna de ellas preconstitucional. En el fondo sur, un grupo de aficionados había depositado banderas rojigualdas sobre los asientos. Y ciertamente se vieron banderas, muchas banderas españolas. Desde el calentamiento del Barcelona, cuando el fondo sur desplegó un buen número de enseñas rojigualdas; hasta la salida al campo de ambos conjuntos, cuando se pobló toda la grada de ellas. Las banderas se agitaron al son del himno del Atlético en un bonito colorido, pero ahí acabó su presencia. No hubo consignas políticas ni referencias a la situación con el independentismo catalán; a excepción de los silbidos al central barcelonista e internacional con España Gerard Piqué cuando tocaba el balón. La polémica se apagó y dio paso al fútbol, como lo hizo la iluminación del estadio rojiblanco durante la presentación de la alineación del Atlético. Un espectáculo de luces iluminó y apagó el césped e hizo circular la luz por el anillo interior de la cubierta mientras se iban anunciando los jugadores de la alineación titular, una innovación que no se había visto en los tres partidos anteriores Cuando la atención se centró en lo que ocurría sobre el tapete, el encuentro no decepcionó. Comenzando por Lionel Messi, que sabe muy bien lo que es marcar al Atlético (le ha hecho 27 goles en 34 duelos en todas las competiciones), y se marcó un eslalon en el primer medio minuto, interceptado por Saúl Ñíguez cuando ya se plantaba frente a la portería del esloveno Jan Oblak. Minutos de posesión del Barcelona, que trasladó el balón de un costado a otro pero sin claridad, y chispazos del Atlético, que en cuanto encontraba la velocidad del argentino Ángel Correa y el francés Antoine Griezmann conseguía encadenar disparos, que obligaron hasta a dos despejes al alemán Ter Stegen. Pero eran apenas fogonazos, ya que sufría el Atlético, encerrado por un Barcelona que tenía la posesión y recuperaba con suma facilidad. No obstante, el Atlético ya había demostrado que el peligro estaba de su lado, y en la primera ocasión en la que consiguió sacudirse el agobio barcelonista, encadenó una jugada de una veintena de toques que acabó en un derechazo de Saúl Ñíguez en el borde del área, que se colaba en la portería de Ter Stegen. Resurgía la afición rojiblanca, espoleada por un Gabi que alzaba los brazos cuando el Barcelona se aprestaba a sacar y daba la señal a los suyos para que animaran. El Metropolitano se convirtió entonces un jugador más, como lo fue el Calderón, con todas las localidades llenas a excepción de algunos huecos en las zonas VIP, y se marchó con satisfacción al descanso, no sin protestar al árbitro Mateu Lahoz que diera por terminados los 45 primeros minutos en una jugada de ataque local. El segundo tiempo fue de poder a poder: el Barcelona perseveró el el fútbol control y el Atlético alimentó la locura de su contragolpe, con Griezmann y Correa a la carrera en un contragolpe en el que el argentino no controló bien y minutos después una volea del francés a pase de Koke, que se marchó fuera. Respondía el Barcelona de la mano del uruguayo Luis Suárez, que obligó a Oblak a realizar su primera gran parada del encuentro, seguida de un lanzamiento de falta de Lionel Messi que se estrelló en el palo izquierdo de la portería rojiblanca. El argentino, eléctrico, era una fuente de problemas constantes que defensores y centrocampistas rojiblancos hacían lo imposible por parar, y que cuando combinaba con el uruguayo Luis Suárez acababa requiriendo el concurso de Oblak. Cuando restaban 20 minutos para la conclusión del duelo, Messi sobresaltaba a la grada con un disparo raso tras una gran jugada del croata Ivan Rakitic que se marchaba a apenas un metro del palo derecho de Oblak. Se sacudía el susto la grada del Metropolitano vitoreando al 'Cholo' Simeone, pero el dominio de conjunto barcelonista terminaba concretándose en el tanto de Luis Suárez, que remataba en el segundo palo un centro desde la derecha de Sergi Roberto. Tuvo su momento de posesión en ataque el Atlético en los últimos minutos del partido, pero no se concretó en ocasiones claras, y tampoco logró embocar el segundo Luis Suárez solo ante la portería a pase del portugués André Gomes. Al final, reparto de puntos en un partido de "fútbol, fútbol, fútbol", por encima de las polémicas.
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