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El Espanyol se abona al desencanto

El Espanyol se abona al desencanto
El Espanyol se abona al desencanto
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 3 min lectura

Barcelona, 16 abr (EFE).- El Espanyol perdió contra el Getafe en el Coliseum Alfonso Pérez con un mal partido, sin apenas tiros a puerta y con la sensación de que las seis jornadas que restan para finalizar la competición serán un capítulo más de la desencantada travesía blanquiazul.

El equipo catalán, actualmente, es decimosexto en la clasificación. Está a dos puestos de la zona de descenso, pero el riesgo de abandonar Primera división es altamente improbable.

Más allá de las emociones en el campo, los blanquiazules tienen diez puntos de margen respecto a la parte crítica de la clasificación.

De todos modos, las cifras, en este caso, son lo de menos. El equipo no transmite la alegría esperada. El Espanyol que se vio contra el Getafe es más de lo mismo: el conjunto que se encalla fuera -una victoria a domicilio-, que tiene serios problemas para proponer fútbol y que debe mirar más a la parte baja que a Europa.

El discurso tras el partido del entrenador, Quique Sánchez Flores, dejó claro que algo no funciona. "En agosto ya intuí que la temporada iba a ser dura", explicó. Su futuro es una de las grandes incógnitas de este final de curso. Al preparador madrileño le resta todavía un año de contrato.

Los jugadores, por su parte, insisten jornada tras jornada en su intención de maquillar la imagen. Lo cierto es que contra el Valencia en Mestalla, antes de visitar al Getafe, el grupo exhibió una buena versión, pero la continuidad no ha llegado y, poco a poco, el equipo se ha ido desinflando en la clasificación.

De hecho, el Espanyol nunca ha ganado dos veces seguidas en LaLiga esta temporada y ha firmado doce empates. Aunque los de Quique Sánchez Flores han brillado en ocasiones -han vencido a Barcelona, Real Madrid y Atlético- no han llegado resultados suficientes para dar un salto de calidad en la tabla.

En los despachos de la entidad catalana existe ahora una estructura más profesional con dos grandes áreas: la deportiva, en manos de Óscar Perarnau, y la corporativa, liderada por Roger Guasch. Ambas están al mismo nivel en el organigrama, por debajo del presidente Chen Yansheng.

El club blanquiazul, de cara a los próximos años, ha dado un ligero giro en su política. Nadie vende Europa ni objetivos llamativos. Toca realismo y una mayor contención en el gasto. Ilusionar a la afición es el gran reto de los dirigentes. Y acabar la temporada con buenas sensaciones podría ser el primer paso.

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