El Sánchez-Pizjuán acogerá este sábado un encuentro de rivalidad regional ante el Málaga en el que los costasoleños llegan gravemente heridos, tras no conocer aún la victoria en Liga, habiendo sumado cuatro derrotas y un empate; éste, en la última jornada, ante el Athletic Club (3-3). Una cita en la que los pupilos de Míchel intentarán ayudarse de ese ambiente de 'derbi' que se respira en la Costa del Sol siempre que se enfrentan a los de Nervión para, así, intentar firmar su primer triunfo y sumar tres puntos balsámicos que ayudarían tanto en lo deportivo como en lo anímico.
Tras haber salvado al Málaga en el tramo final de la pasada temporada y con el jeque Al-Thani, propietario del club, acostumbrado a aguantar a los entrenadores, el técnico madrileño apurará su crédito como entrenador de un Málaga al que todavía no le ha encontrado la tecla esta temporada, habiendo usado varios sistemas (entre ellos el 4-1-4-1 del curso pasado que desechó en pretemporada).
Pese a ello, parece sostenerse mejor sobre el 4-2-3-1 e intenta ser aguerrido y rocoso, aunque sus resultados demuestran que no lo ha conseguido. Un equipo que Míchel ha intentado reconstruir desde atrás, aportándole velocidad por sus alas, y que en el centro echa de menos a hombres como Camacho, careciendo el Málaga de ese manejo del balón que pretendía su técnico, así como de un mayor juego entre líneas y una mejor conexión con el delantero. Un Málaga, por ende, que Míchel toca y toca, pero que por ahora no suena.