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La demolición del fondo sur deja imágenes inéditas del estadio de Anoeta

La demolición del fondo sur deja imágenes inéditas del estadio de Anoeta
La demolición del fondo sur deja imágenes inéditas del estadio de Anoeta
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 3 min lectura
La demolición del fondo sur de Anoeta, desprovisto de su graderío y de la curva de las pistas de atletismo que hasta ahora caracterizaban al estadio donostiarra, permitió anoche obtener imágenes inéditas del partido entre la Real y el Espanyol, más propias de una zona de guerra que de un campo de fútbol.
Aunque en los últimos días, los aficionados blanquiazules habían podido constatar desde el exterior el avance de las obras del coliseo txuriurdin, con el derribo de los accesos elevados al campo sustituidos por andamiajes, la sorpresa del panorama que se expuso a su vista al acceder al interior fue mayúscula tras presenciar el descomunal agujero de decenas de metros que se abría ante sus ojos.
Un "boquete" de tal magnitud que la pantalla gigante azul, con los escudos del club y el lema realista: "Bat, bi, hiru, lau, bost, sei zazpi.. Real" con la que la entidad realista pretendió "maquillar" el desaguisado y cubrir la zona para evitar un mal efecto visual en la retransmisión televisiva se antojó totalmente insuficiente para tan gran empeño.
El solitario esqueleto de uno de los graderíos, aún en pie en el extremo sureste del campo, y el alargado brazo doblado de una excavadora, oculta en alguna parte, sobresaliendo sobre la lona gigante contribuyeron al aire espectral de un estadio, contagiado del frío otoñal de la noche donostiarra y el gélido impacto del empate a uno con el que concluyó el partido.
Las obras del estadio de Anoeta, que cuentan con un presupuesto de 47 millones de euros, comenzaron oficialmente el pasado 23 de mayo y está previsto que concluyan en octubre de 2019, una vez suprimidas las actuales pistas de atletismo.
Los trabajos, que incluirán también la remodelación del actual miniestadio de atletismo existente en las inmediaciones del campo, afectarán asimismo a la cubierta de la instalación y permitirán aumentar su capacidad hasta cerca de los 42.000 espectadores.
Está previsto que las obras se desarrollen en varias fases, con derribos graduales, de forma que los trabajos no afecten a los partidos que se espera que puedan seguir disputándose en el estadio aunque con un aforo menor.
El período más crítico tendrá lugar el próximo verano, cuando se acometerán las operaciones para bajar el terreno de juego de su nivel actual y ampliar las tribunas laterales.
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