Semana Santa

Un Miércoles Santo pleno y radiante

Un Miércoles Santo pleno y radiante
El Santísimo Cristo de Burgos, por las calles de Sevilla. - Á. P.
Álvaro PalomoÁlvaro Palomo 2 min lectura
Las lágrimas del Martes tornaron en un cielo amable que bendijo al Miércoles Santo y permitió una jornada completa y plena de esplendor en la que las nueves hermandades realizaron con ilusión y sin contratiempos su Estación de Penitencia a la Santísima Iglesia Catedral.

La Sed de alegrías empezó a saciarse en el barrio de Nervión cuando la Parroquia de la Concepción abrió sus puertas sin ningún riesgo que las contuviera para que Sevilla se abrazara a su Crucificado y a Santa María de la Consolación. Poco después, la emoción se trasladó a San Bernardo, con su infinito cortejo y una devoción que trasciende los cambios del barrio.

En Omnium Sanctorum se acallaron los lamentos por Los Javieres para celebrar el 20º aniversario de la primera salida del Carmen Doloroso. Y desde San Antonio de Padua provino el sabor franciscano del Buen Fin. Y de San Martín los sones de Triana con La Lanzada. También vibró El Arenal con La Piedad de El Baratillo, mientras el silencio inundó un año más de fe San Pedro al paso del Cristo de Burgos. Silencio hecho Siete Palabras y arrebatado por el 'andar' del Prendimiento de Los Panaderos.
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