Sociedad

El ascensor cambió nuestra vida en la ciudad

El ascensor cambió nuestra vida en la ciudad
El ascensor nos cambó la vida. - R.S.
Estadio DeportivoEstadio Deportivo 4 min lectura
No solemos pensar en ascensores como servicios de transporte masivo pero lo son: transportan a cientos de millones de personas cada día. Solamente en China se instalan dos tercios de un millón de ascensores cada año.

El hecho de que tantas personas puedan trabajar juntas en edificios gigantes construidos sobre espacios reducidos es posible únicamente gracias al ascensor. O en realidad deberíamos decir: gracias al ascensor con mecanismo automático de seguridad. Los ascensores mismos han existido desde hace mucho tiempo. Se dice que Arquímedes construyó uno en la antigua Grecia. En 1743, Luis XV de Francia usó uno en el Palacio de Versalles para visitar a su amante en secreto o para que ella lo visitara a él. El ascensor del amor de Luis XV funcionaba gracias a un hombre que tenía que estar siempre atento para tirar de una cuerda cuando se requería de sus servicios.

Otros ascensores en Hungría, China y Egipto funcionaban usando tracción animal. La energía de vapor fue aún más lejos: Matthew Boulton y James Watt, los gigantes de la revolución industrial en Reino Unido, produjeron motores a vapor que hacían funcionar enormes elevadores industriales que sacaban el carbón de las minas. Pero la innovación como la demostración estuvieron a cargo de un hombre llamado Elisha Otis. En la Feria Mundial de Nueva York, en 1853, Otis se subió a una plataforma y fue elevado a una gran altura por encima de una multitud ansiosa.

El paisaje de la ciudad estaba a punto de cambiar abruptamente gracias al hombre que había inventado no el elevador, sino el freno de elevador. Mientras que antes los pisos más altos, que había que subir a pie, eran los espacios más baratos, reservados para la servidumbre, los artistas pobres o las tías locas, con el ascensor pasaron a ser los exclusivos lofts o penthouse. Los ascensores florecieron a la par de dos innovaciones complementarias: por un lado el acero y concreto reforzado que hicieron posible construir edificios cada vez más altos. Por el otro, el metro y otros sistemas de transporte masivo, que podían traer a un gran número de personas a las densas zonas urbanas.

En la ciudad más famosa por sus rascacielos, Nueva York, los ascensores y el metro tienen una relación simbiótica. Sin la densidad urbana que permiten los edificios altos sería muy difícil tener un sistema de metro eficiente. Algo similar ocurre en ciudades con edificios altos en todo el mundo, desde Singapur hasta Sídney. Y más allá de todas las innovaciones, una de las tecnologías más amigables para el planeta sigue siendo el modesto ascensor, que podemos encontrar en casi todos los edificios que nos rodean.

Tu edificio forma parte de tu hogar, cuídalo con el seguro para comunidades Helvetia Edificios y protégelo ante posibles imprevistos. Además de ofrecerte cobertura total en garantías de daños materiales, ponemos a tu disposición diferentes servicios de valor añadido las 24 horas del día. Siempre a tu lado para proporcionar la tranquilidad que tu comunidad se merece.
Unete a nuestro canal de Whatsapp Únete a nuestro canal de Telegram