Al menos 233 personas fallecidas y un número desconocido heridos es el balance provisional del fuerte
terremoto que se ha registrado en el noroeste de
Ecuador en torno a las dos de la madrugada (hora española). El epicentro del temblor se situó en el océano Pacífico a una profundidad de 20 kilómetros, entre las localidades de
Cojimíes y
Pedernales, en la provincia de Manabí, pero ha afectado a casi todo el país. De hecho, se ha sentido de forma muy violenta en la capital, que está a unos 170 kilómetros. En
Guayaquil y
Quito hubo derrumbes y varios sectores se quedaron sin electricidad, aunque las peores consecuencias tuvieron lugar en
Esmeraldas. Esto ha llevado al gobierno a declarar el estado de excepción en seis provincias.
Aunque a primera hora se valoraban en torno a los 40 fallecidos, las cifras han aumentado a lo largo del día. Y el
presidente ecuatoriano,
Correa, confirmaba a primera hora de la tarde -mañana en Ecuador-, que la "cifra oficial de fallecidos sube a 233, que Barrio Tarqui de Manta está muy afectado y Pedernales está destruido".
Pese a que han pasado varias horas la confusión es aún muy grande y es previsible que aumente el número de fallecidos, pues hay personas entre los escombros de los edificios que se han derrumbado.
El vicepresidente del país,
Jorge Glas, compareció de urgencia, señaló que el terremoto fue el más fuerte que ha sacudido al país desde 1979 y advirtió de que se prevé que la cifra de fallecidos "va, desgraciadamente, a aumentar en las próximas horas". "Sabemos que hay ciudadanos en medio de los escombros que tienen que ser rescatados. Tenemos todos los recursos desplegados y vamos a recibir ayuda internacional", detallaba Glas, quien también aconsejó a los ciudadanos de las zonas costeras volver a sus casas, ya que "no existe alerta de tsunami".
Asimismo, para hacer frente a las consecuencias del temblor, Glas reveló que se han habilitado 300 millones de dólares de fondos de contingencia y se ha decidido el envío de contingentes de bomberos a la Provincia de Manabí y en particular al cantón de Pedernales, en esa provincia.
La
Federación Ecuatoriana de Fútbol decidió suspender los partidos programados para este domingo en cumplimiento de ese estado de excepción.
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