La vida después de Mourinho

La vida después de Mourinho
- Enrique García
Enrique GarcíaEnrique García2 min lectura
Todo hace indicar que José Mourinho regresará al Chelsea, donde la afición le espera con los brazos abiertos añorando aquellas temporadas en las que con los petrodólares de Abramovich (160 millones gastó el año de la llegada del luso) construyó un equipo que conquistó de manera consecutiva dos Premier League tras 50 años de sequía, si bien nunca pudo llevar a los ‘blue’ a una final de Champions, como le ha pasado con el Real Madrid en sus tres campañas de blanco. Los que le idolatran en el Bridge olvidan que tras su espantada en septiembre de 2007 Avram Grant llevó a los londinenses a su primera final de la Copa de Europa, que fue Carlo Ancelotti, cuando las inversiones se habían reducido drásticamente, el que le dio el primer doblete o que tuvo que ser un interino como Roberto di Matteo el que por fin levantara la ‘orejona’ para gloria del magnate ruso.

Si en Londres legó un equipo campeón, en Milán fue él quien lo engendró en el fin de un ciclo culminado con la Champions para unos jugadores que vislumbraban el final de sus carreras. Allí, donde también acabó tan peleado con la prensa como en la capital, también anhelan su vuelta.

Ya de blanco hay que reconocerle al luso el mérito de romper la hegemonía de la mejor conjunción de futbolistas en décadas, pero en el plano institucional el Madrid es más odiado que antes de que llegara el luso por la polarización a la que ha obligado a quienes le siguen o por establecer clases entre sus propios hinchas. Deja también un vestuario dividido, un capitán que es santo y seña del madridismo señalado y tres títulos -pueden ser cuatro- en tres temporadas. Escaso bagaje para tanto desgaste, aunque igual en Madrid también acaban echándolo de menos.
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