Un premio y una necesidad

Un premio y una necesidad
- Carlos Pérez
Carlos PérezCarlos Pérez2 min lectura
Europa es la palabra más repetida en los últimos días en los barrios de Heliópolis y Nervión. Hacía mucho que no se hablaba de competición continental por el Villamarín y, visto cómo dejó Lopera el club, parecía que tardaría mucho más en pensarse en ello. Pero Mel lo ha acelerado todo. Subió al equipo en el primer año, lo mantuvo en Primera de manera holgada en el siguiente y lo tiene séptimo en el tercero. Todo, sin apenas inversión, tirando de la cantera, sacando el máximo a jugadores, como Rubén Castro, que otros no supieron explotar y apostando por un fútbol atractivo, ofensivo, más cercano siempre a la victoria que al empate, el consuelo habitual de los que se sienten inferiores. Tras atar la permanencia, objetivo único de la entidad para la 12/13, está en busca del premio. Y no es que fuese un fracaso quedarse finalmente sin Europa League, obviamente, pero dejaría un regusto amargo, casi decepción, por haber interiorizado ya la afición ese anhelo de ver tomar a su equipo un avión que le lleve allende nuestras fronteras.

Lo del Sevilla, sin embargo, es una necesidad. Entrar en Europa sostendría un año más a un club que no supo digerir el éxito, que se ha ido empobreciendo por cambiar cromos únicos por otros del montón y que, hasta la llegada de Emery, tampoco ha sabido dar en la tecla con el entrenador adecuado. Pese a no dejar muchos euros en las debilitadas arcas de la entidad, el pasaporte continental permitiría al Sevilla mantener su estatus, recobrar la credibilidad y atraer a esos futbolistas de nivel que no sólo piensan en el dinero.
Por ahora, el Betis tiene la ventaja numérica (tres puntos más) y el Sevilla, la psicológica, merced a su mejor tendencia. Se nos viene un mes de auténtico infarto.
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