No hace falta tener la llave de la caja fuerte del Betis para saber que dentro no hay mucho dinero, pero los mensajes que está mandando el club últimamente son tan contradictorios, que unas veces da la sensación de que no hay ni un solo billete y otras, que hay varios fajos para hacer las cosas con cierta solvencia. Valga esta metáfora para ahondar en lo paradójico que resultaría que Granero terminara vistiendo de verdiblanco.
Resulta que el Betis no ha podido renovar hasta ahora ni a Adrián, ni a Cañas, ni a Beñat, pero ve factible contratar al canterano madridista, que cobra una millonada en el Queens Park Rangers. La del ‘Pirata’ tiene visos de convertirse en una historia similar a la de Nolito, ya que el Betis no sólo parece haberse encaprichado de otro jugador que está fuera de su alcance, sino que no tiene ningún inconveniente en reconocerlo.
Luego podrá venir o no, porque en el mundo del fútbol no se debe elevar nada a definitivo, como diría el maestro José Antonio Sánchez Araújo, pero no dejaría de ser una incongruencia. Como también lo es que el club no invirtiera en el filial a comienzos de temporada y que luego no tuviera reparos en despedir a dos entrenadores por unos malos resultados que, curiosamente, son calcados a los del técnico que renovará en breve.
Y todo ello, sin profundizar en el ambicioso Proyecto Heliópolis, que va a arrancar con la fuga de varios canteranos del primer equipo, en el curioso pellizco que supondría comprar una plaza para mantener al Betis B en la Categoría de Bronce, en lo irónico de ensalzar el modelo alemán y al mismo tiempo subir el precio de los abonos (algo que se enmendará el próximo año), etcétera. A mi entender, demasiadas contradicciones.
David Díaz2 min lectura