No hace mucho nos contaba Jesús Navas en una entrevista que quiere "crecer y progresar". Es la forma que tiene de decir que se siente preparado para abandonar su Sevilla, un club por el que siente muchísimo cariño, pero que se le ha quedado pequeño. Nadie podrá reprochar al palaciego su deseo de progresar, tampoco el Sevilla, donde se mantiene la filosofía de que nadie es imprescindible. Vender para crecer.
La idea es traspasar a Negredo, aunque por Navas no faltarán postores. Es lógico que Pellegrini lo quiera para el City, que el Arsenal lo considere para su proyecto o que todo un finalista de la Champions como el Borussia de Dortmund también haya recabado informes de un futbolista soberbio, con cualidades para jugar en cualquiera de los transatlánticos del continente al igual que lo hace en la mejor selección del orbe.
Y sin embargo, me cuesta imaginar un destino para Navas fuera del Sevilla que no sea el Real Madrid, por lo que si los blancos no apuestan firmemente este verano por el ´Duende´, me resisto a creer que vaya a cambiar de colores a corto plazo. En el conjunto blanco encontraría a muchos de sus compañeros en la selección española y a su ´hermano´ Sergio Ramos, el hombre que le animó a dar el paso para jugar con la ´Roja´.
La salida de Mourinho propiciará cambios en la casa blanca y Florentino volverá a la senda de la españolización que comenzó a su regreso. La casi segura venta de Di María dejaría un hueco en la derecha. Pese a todo, en Chamartín aún no ha resonado el nombre de Navas como sí lo hacía cuando el palaciego sólo pensaba en clave nervionense. Si sus caminos no se cruzan, probablemente el Pizjuán siga disfrutando de su ´Duende´.
Enrique García2 min lectura