Mentiras y verdades veraniegas

Mentiras y verdades veraniegas
- David Díaz
David DíazDavid Díaz2 min lectura
Cada oficio lleva aparejado un estereotipo del cual es muy difícil zafarse. Los albañiles son pervertidos, los profesores son vagos, los dentistas son adinerados, los informáticos son bichos raros, los banqueros son estafadores... y los periodistas somos manipuladores y mentirosos. A los que nos dedicamos a la parcela deportiva se nos acusa de inventar fichajes, principalmente en verano, y hoy trataré de rebatir este mito.


Doy por sentado que usted, que ha comprado el periódico o lo ha cogido en un sitio público para leerlo, confía en lo que este medio publica y, por lo tanto, no forma parte del sector que critica por criticar. Sin embargo, quizás piense, como yo, que a veces las pequeñas intrahistorias que se cuecen entre bambalinas son igual o más interesantes que las grandes historias que salen a la luz pública a bombo y platillo.


Si no lo sabe, le aclaro que los periodistas no presenciamos las negociaciones y dependemos de nuestras fuentes para conocer y contar la realidad. Una fuente puede ser un directivo, un técnico, un representante o un jugador, por poner ejemplos, y cada uno tiene sus propios intereses, de ahí que las versiones puedan diferir, pero poco inteligente es el periodista que inventa por placer, pues si no tiene credibilidad no tiene nada.


También se habrá preguntado por qué suenan tantos nombres, pero cuando escuche a cualquier director deportivo presumir de sus famosos planes A, B y C, hallará la respuesta. Dicho esto, también es importante diferenciar entre ofrecimiento, interés, oferta y acuerdo cerrado, porque desvelar que un equipo quiere a fulanito no quiere decir que ya esté fichado, ni que vaya a fichar forzosamente. Eso no depende de nosotros.
Unete a nuestro canal de Whatsapp Únete a nuestro canal de Telegram