A menudo, los medios de comunicación son vistos como enemigos de los clubes por el simple hecho de recoger el sentir de un amplio sector de la afición, o de incluir columnas de opinión redactadas con un tono crítico hacia un modelo de gestión, al rendimiento de un técnico o jugador o respecto al trabajo de un determinado dirigente. No obstante, siempre acaba siendo el tiempo el único encargado de poner a cada uno en su sitio.
En este sentido, es justo destacar el tremendo cambio (para bien) que ha experimentado la imagen del subdirector general deportivo del Sevilla, Monchi, en el escaso mes y medio que separa el final de una decepcionante Liga que incluso le ´obligó´ a presentar su dimisión, hasta el inicio de una pretemporada rebosante de ilusión para el sevillismo; expectante ante la buena pinta que tiene la plantilla nervionense para la 2013/2014.
Recién iniciada la pretemporada y a pesar de la crisis, en Nervión ya se han reforzado con Beto, Pareja, Vitolo, Jairo, Marko Marin, Rusescu y Bacca (y la renovación de Fazio, casi un fichaje más). Funambulismo puro y duro. Y la operación salida marcha muy bien. Ya han abandonado el club descartes como Bernardo, Stevanovic, Spahic y Manu. Hervás y Botía serán los siguientes y a ellos les deben seguir Maduro, Babá, Alexis y Javi Varas.
Además de hacer caja con Navas, Luna y Luis Alberto (y puede que con Negredo), el Sevilla se libera de sus fichas más altas. Por ejemplo, sólo con lo que deja de pagarle a Palop, le ha dado para ejercer la opción de compra por Beto y asumir el sueldo del portugués. Y aún es 11 de julio. La planificación de este año es de sobresaliente. El problema es que Monchi ya no dependerá de sí mismo para mantener esta nota hasta mayo de 2014.
Aitor Torvisco2 min lectura