El Betis está configurando un plantel joven y con hambre, con el único hándicap de la inexperiencia. Pepe Mel ya trabaja para dar forma a un grupo que, a falta de más incorporaciones, presenta numerosos rookies, como son denominados en el argot de la NBA los debutantes, y sophomores, jugadores de segundo año. Por lo visto en lo que va de pretemporada, el técnico madrileño bien podría presentar en el Bernabéu un equipo formado por una mayoría de jugadores contrastados en Primera como Chica, Paulao, Amaya, Nacho, Verdú y Rubén, acompañado por jugadores en busca de su confirmación, Nosa, Juan Carlos, y otros con todo por demostrar en la elite como Juanfran y Lolo. Pueden variar los nombres, pero la proporción seguiría siendo parecida.
La experiencia dice que los novatos necesitan un periodo de adaptaccion, por lo que lo todo lo que puedan aportar Chuli, Cedrick, Steinhöfer o los propios Juanfran y Lolo en la primera mitad de la temporada será más que bienvenido. El verdadero paso adelante lo deben dar los jugadores de segundo año. Y están apretando. Juan Carlos quiere responder al esfuerzo verdiblanco y desde el primer día se le ve como una moto, los partidos deben ayudarle a mejorar en la finalización, su gran debe. Nosa, frenado por la lesión en un buen final de campaña, está dispuesto a asumir galones y Perquis ha de aportar fondo de armario a la zaga.
A ellos hay que sumar a Vadillo y Nono, abanderados de un Proyecto Heliópolis en entredicho, que se han ganado el derecho y el deber de ser importantes. El Betis los va a necesitar tanto como a los que aún tienen que llegar en una temporada tan ilusionante como cargada de partidos.
Enrique García2 min lectura