Sobre el papel, Sevilla y Betis han cerrado el mercado de fichajes con dos plantillas acordes a sus circunstancias, a sus posibilidades y a sus objetivos para esta temporada. El
Sevilla para afrontar el ilusionante año del retorno a la
Champions, con la cartera llena después de sus ventas millonarias -54 'kilos' entre
Bacca (30),
Aleix Vidal (20, más 2 en variables) y
Denis Suárez (4)-, y con la intención de encontrar la constancia en el éxito, que no acabe siendo la Liga de Campeones un dulce cáliz envenenado. Las circunstancias del
Betis en su retorno a la máxima competición dibujan un escenario de prudencia. Sus posibilidades económicas, con 500.000 euros ingresados por la venta de
Chuli y 450.000 por la clasificación de
Nosa para la fase de grupos de la Champions con el Maccabi Tel Aviv, sólo le han permitido invertir 7,3 millones de euros en fichajes -gastos fijos-, muy lejos de los 24 -también fijos- que ha empleado el
Sevilla, pero suficientes para conformar una plantilla que no debe sufrir para amarrrar el objetivo de la permanencia.
Monchi ha vuelto a mover el cesto: 10 caras nuevas que implican un nuevo proceso de adaptación aunque se mantenga una base importante del año anterior. Nombres contrastados, plantilla compensada, jugadores polivalentes... y un debate que se repite: la portería. La sensación generalizada de que falta un
portero 'Nivel Champions'. Quizás sensación engañosa contando con dos metas internacionales pero, en todo caso, situación que va a generar un incómodo runrún en la grada. Por lo demás, a
Emery le sobra crédito para intentar multiplicar, un año más, el rendimiento individual en beneficio del colectivo aplicando un modelo definido de juego que conecte con la grada.
Esa misma y compleja tarea corresponde a
Mel. Inconveniente: al técnico del
Betis le sobran efectivos. Trabajar con 27 futbolistas, muchos descontentos por falta de protagonismo, siempre es un hándicap añadido, pero Macià ha puesto en sus manos un plantel capacitado y con muchas alternativas. Diez fichajes, trece si contamos a
Portillo,
Kadir y
N'Diaye. Todos internacionales menos
Petros (Pezzella,
Digard,
Tarek y
Piccini en categorías inferiores), muchos expertos y algunos con proyección. En ataque, con la ilusión añadida que ha generado
Joaquín, hay recursos más que suficientes. Las dudas las genera la defensa: los centrales y el equilibrio general del equipo. Hay mimbres y entrenador. Que no cunda la impaciencia.