Por la mañana sale el sol

Castaño

Castaño
Eduardo GilEduardo Gil2 min lectura
Aguantó lo peor de Lopera, se metió en cantera y hasta se rascó el bolsillo. Fiel a su gente como pocos (Chaparro, Valenzuela), metió la pata con Oliver y se cansó de esperar una llamada del administrador judicial para participar del gobierno. Ahora, enfebrecido con la idea de presidir algún día el Betis, aglutina un buen número de acciones. Ese es Manolo Castaño, un penalista de éxito, tan imprevisible como intenso y que tiene el club en sus manos. Porque si antes de la Junta fuera declarado co-responsable del concurso de acreedores, siempre tendría a mano el que le representara en el consejo. Si el libro de accionistas, la justicia y hasta el CSD terminaran por concluir que Bitton Sport está fuera de circulación, si Lopera-Farusa pretende vender sus acciones temiendo una condena, Castaño resultaría todo un alivio. Mal menor para unos, vuelta al pasado para otros. Su cinco por ciento como máximo accionista individual es oro puro en un panorama tan complicado.

Arrepentido de Oliver, leal a Manuel Ruiz de Lopera en éste lustro de exilio, su acercamiento a PNB dejó descolocado al resto de los denunciantes del caso penal, que son con los que de verdad deberían trabajar Castaño por encontrar un futuro. Con ese puñado de accionistas de peso como López Catalán o Haro también está llamado a soldar alianzas. Contranatura o no, es la oportunidad de Castaño de presentarse digno del Betis. Las sentencias llegarán como un tsunami y aún queda una última ronda de diplomacia antes de una Junta inaplazable, según el consejo y que a buen seguro nos traerá muchas sorpresas.
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