Opinión: Van der Vaart, algo más que un efecto llamada

Decía Eduardo Macià en la presentación de Rafael van der Vaart que con el holandés el Betis se hacía con los servicios de un jugador con el que se esperaba atraer a otros futbolistas de nivel internacional, que éstos eligieran Heliópolis. “Con él logramos un efecto llamada, lanzamos un mensaje a otros futbolistas de lo que realmente queremos hacer”, dijo concretamente el director deportivo, y muchos se quedaron con eso.

Es lo que tiene la memoria selectiva, que nos permite recordar tan solo ciertos hechos, mientras que olvidamos por completo otros. Esos otros que también apuntó el mismo Macià en idéntico lugar y momento. “Rafael aportará personalidad, carácter, liderazgo; tiene una motivación extraordinaria”, añadió el valenciano.

Dos meses y medio después de su fichaje y con el mercado cerrado, el efecto llamada no se produjo (dudo que haya tenido algo que ver en la llegada de Tarek, Petros... o el propio Joaquín), pero está por ocurrir eso otro que muchos olvidan y que, no obstante, fue lo que llevó al Betis a apostar por él. A sus 32 años tiene más fútbol que muchos en sus botas, puede marcar diferencias, hacer al Betis funcionar, crecer. No tiene que volver a ser el del Tottenham, nunca ha dejado de serlo. Lo demostró en pretemporada y lo demostrará en partido oficial. Lo mejor está por llegar...