No entiendo a Castaño. Me parece lógica su aspiración de ser presidente del Betis, un cargo que ostentaría con el orgullo que representan sus muchos años de carnet y la apuesta de su bolsillo por la sociedad anónima. Pero, si de verdad desea un club que mire al futuro y no al pasado, desaprovecha una oportunidad pintiparada. Histórica. Le será difícil lavar su imagen, aunque más si continúa recurriendo a Lopera (que va a ser juzgado por presunto delito societario) y a otros nombres que suenan a rancio.
¿No se ha dado cuenta el onubense que, aliándose con Haro y Catalán (máximos accionistas a título individual, tras él), con los que coincide en parte del programa, y PNB tendrían una mayoría suficiente para ganar la junta? Seguramente, muchos de los que apoyan a 'Ahora, Betis, ahora' se retirarían con Castaño en la ecuación, pero era un movimiento inicial tan necesario como inteligente en pos de la gobernabilidad.
Óscar Murillo1 min lectura