No sin mi liga

Las redes sociales en fútbol y otros apuntes

Las redes sociales en fútbol y otros apuntes
- Antonio Fernández (12/09/2015)
EFEEFE5 min lectura
La influencia, para bien o para mal, de la redes sociales en nuestras vidas es enorme. Ha llovido mucho desde que empezamos a enviar los primeros correos electrónicos. Las posibilidades actuales, debido al avance tecnológico, se han multiplicado de manera exponencial. Desde compartir un mensaje, fotos, encontrar pareja, mantener vídeo conferencias desde un móvil, comprar a miles de Km de distancia con un click, las posibilidades son inmensas. El mundo del fútbol es hoy impensable sin esta comunicación global y a tiempo real.

El caso de un fenómeno e ídolo de masas como es mi amigo Joaquín, no iba a ser menos. En este caso a través de Instagram, una red social, ha conseguido volver al Betis. No quiero decir que esto fue lo definitivo, ni mucho menos, pero ayudó y apoyó en gran medida la realización del traspaso. Hace muy poco tiempo, ningún futbolista, ni su entorno, tenían la posibilidad de opinar e influir de manera tan personal en este tipo de situaciones. Joaquín ha demostrado que con el medio adecuado, sin faltar el respeto a nadie, se puede influir en una decisión que afectaba a su familia, a su futuro, a él mismo. La honestidad y la sinceridad como bandera, apoyado por una adecuada utilización de una red social, terminó decantando la balanza hacia sus deseos. Arte. Ahora, solo resta que Joaquín, junto al recuperado Van der Vaart y la mejor versión de la joven perla, Dani Ceballos, aporten al Betis lo que la afición desea y Pepe Mel pretende. Por cierto, hay quien con su malas prácticas en redes sociales, son capaces de destruir, con un solo tuit, lo que meses de trabajo o reputación estaban a punto de lograr. Pero eso es otra historia.

Quiero aprovechar la ocasión para aportar mi punto de vista sobre el affaire Piqué. Cuando está en su máximo nivel, con sus cualidades, es uno de los mejores centrales del mundo. Pero dentro de este cuerpo de hombre grandullón, se esconde un niño pequeño. Ha tenido la suerte de tener a Del Bosque en la selección española, un entrenador que maneja como pocos los grupos, que le cuida, le cubre y le mima, porque entiende que es un jugador "especial", digamos que importante para el equipo. Es cierto que, en su descargo, es una persona sincera y que va de frente, que nunca se esconde. En cualquier caso, sin entrar a cuestionar el derecho a la libre expresión, considero que Piqué, con sus salidas de tono, a modo de celebraciones públicas o de utilización de redes sociales, sabiéndose un personaje relevante, debería mostrar más respeto y, ante todo, más empatía con los aficionados. ¡Ojalá se normalice la situación y solo se hable del Piqué futbolista!

Por último, gran partido de España ante Eslovaquia, y mucho más gris ante Macedonia. A pesar de que ante Eslovaquia se recuperaron las sensaciones que llevaron a la selección a ser la más temida y brillante del mundo hace muy poco, no podemos dejar de señalar las dificultades que sigue teniendo Diego Costa para adaptarse, aún siendo un jugador excepcional, al juego de la selección. Es muy diferente jugar en el Chelsea de Mou, hacerlo en el Atlético de Madrid de Simeone o en la selección de Vicente del Bosque. A día de hoy se ha demostrado que Diego Costa no es capaz de integrarse en el engranaje de la selección. Del mismo modo, es impensable que la selección pretenda adaptar su estilo al del gran delantero hispano-brasileño. Aunque no es menos cierto que Vicente del Bosque y la Federación Española de Fútbol le deben a Diego Costa un apoyo incondicional, después de que el jugador, antes del Mundial de Brasil, accediera a jugar con España, con toda la carga negativa emocional que esta decisión acarreaba a Diego Costa en el regreso a su país natal.

El futbol, como la vida, siempre nos sorprende.
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