Uso la frase de un bético para explicar una carrera que ha durado más de un lustro. Hubo a quien la guerra se le hizo muy larga y perdió la paciencia. Descenso, que si Bosh dictaba, que si ‘Maíto’ bloqueaba, que si Gesalus, que si el entorno... Justo los que están culminando aquello de devolver el Betis a los béticos a iniciativa de un presidente que cogió el toro por los cuernos y dijo basta ya. El plan siempre estuvo claro: la Liga de Juristas ‘ad procesum’, PNB empezó en las calles (varió de rumbo y acabó votando al 99% a ‘Ahora, Betis, Ahora’), y BxV en los medios y a lo suyo, 12 años de cárcel y 24 millones. ¿Acuerdo? Que pague, no que cobre. Ahora Lopera pide árnica desoyendo a sus abogados. Ha visto a demasiados conocidos entrar en prisión últimamente. Aun así, “don Manué está tranquilo”, dirán. Porque los mismos que defendían la presunción de inocencia de Lopera entonces, lo seguirán haciendo hasta el juicio. Deben ser los mismos que se creían a pie juntillas las mentiras de Oliver, el gran hombre que firmó a Rubén Castro. Los mismos que se acercaron determinada mañana al Sánchez Pizjuán a despedir a Del Nido en su último acto como presidente. Los mismos que hace veinte años se tragaron lo de los 500 millones a fondo perdido de Francisco Escobar, las amenazas del comisario que por entonces gobernaba el Sevilla y las facturas de González de Caldas. Y no aprendemos. Bueno, puede que esta vez alguno sí haya aprendido algo.
Eduardo Gil2 min lectura