Sale el sol

Fuego amigo

Fuego amigo
Eduardo GilEduardo Gil3 min lectura
El Betis de Ollero, Haro y López Catalán está decidido a rubricar el protocolo de intenciones acordado con Lopera. Es un acuerdo de mínimos, una base de diálogo hasta ahora inédita que pone a Lopera a merced de los denunciantes. El acusado da muestra de agotamiento y revela su miedo a condenas que compartiría con algunos de los suyos. Es media confesión de culpabilidad y una salida mutua a una situación de bloqueo. Un paso gigantesco que da sin el apoyo del bufete que le ha defendido, algo que puede añadir credibilidad tras su incomparecencia del miércoles por la mañana y la insistencia loperiana de solicitar por escrito la prueba de buena fe de esta negociación. No quiero ni imaginar qué uso jurídico puede darle a ese papel. Tampoco es concebible un acuerdo unilateral con dos de los cuatro litigantes. Si la idea era meterle las cabras en el corral a don Manué antes de las calificaciones del viernes, la actual situación revienta cualquier posibilidad de pacto exprés.

Si alguien tiene autoridad, ése es Galera, que en buena medida ha sostenido económicamente el proceso denunciante y liderado el movimiento de rebelión en aras de corregir errores cometidos hace casi un cuarto de siglo. Aunque Hugo olvida que el Betis tiene más legitimidad si cabe que él mismo y también los que han llevado el peso del caso penal. La distancia es sideral. No se comparten los términos del acuerdo y menos las prisas. Puede que no se trate ni de medallas ni de ninguneos sino de recordar el espíritu con el que nació todo un 15-J. Los béticos que hicieron posible superar el 27 % en la junta merecen empezar de nuevo. Por eso, sigan reuniéndose, reformulen si es preciso. Ojalá fuera el juego del poli bueno y el poli malo. Me temo que hay tanta rabia como dolor reprimido entre querellas que es muy difícil olvidar, aunque solo olvidando el Betis mirará hacia adelante.
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