Dice Guardiola que el mejor jugador "es el que capta rápido los conceptos". Vale como explicación a por qué Marko Marin y Deulofeu no llegaron a triunfar en el Sevilla, pues nunca los captaron, o a por qué Krohn-Dehli es cada día más importante en el equipo de Emery. El danés es técnico y, a la vez, físico, y a ello le suma una tremenda inteligencia táctica. Es lo que le permite no sólo correr muchos kilómetros (fue el que más hizo en la pasada Liga), sino también robar una gran cantidad de balones (sabe cuándo y a qué altura presionar) o jugarlos después con sentido.
Krohn-Dehli llegó a España como extremo y fue reconvertido por
Luis Enrique y
Berizzo a mediocentro. Para esa posición fue fichado para el Sevilla. Su papel, estando
Krychowiak o
N'Zonzi, apuntaba a secundario, hasta que las bajas de algunos compañeros y sus buenas prestaciones le han permitido hacerse con un hueco en el once. En realidad, en este Sevilla, el ex del Celta es extremo sin balón, ya que el equipo defiende en 4-4-2, con
Iborra junto a
Gameiro, y también mediocentro, pues para los ataques tiene una tendencia interior que permite a Trémoulinas quedarse con todo el carril y que provoca superioridades por dentro para favorecer el juego asociativo. Así
Emery ha podido compensar la falta de agresividad del equipo en la resta y, al mismo tiempo, la ausencia de Banega, en quien recaía todo el ataque posicional.
Mantener siempre la intensidad, prestar soluciones de forma constante a los compañeros en forma de apoyos, con y sin balón, verticalidad... Los conceptos del librito de Emery son nítidos, pero algunos tardan en captarlos y otros no llegan a hacerlo nunca. No es el caso de
Michael Krohn-Dehli, al que Guardiola bien podría poner como ejemplo.