OPINIÓN

La realidad del Sevilla

Para los jugadores de Emery no tiene el mismo color el azulgrana del Eibar o el Levante que el del Barcelona.

La realidad del Sevilla
- Carlos Pérez (@carlosperezED)
Carlos PérezCarlos Pérez2 min lectura
Pese a que habla mucho, suele dar pocos titulares Emery en sala de prensa, quizás ninguno. Tras el partido ante el Villarreal, impotente, sí lo hizo: "No vamos a ganar la Champions. Nuestra realidad es la Liga". "El pan de cada día", remarcó. Era un mensaje para sus jugadores, esos que prefieren darse un atracón de vez en cuando que llevar una dieta equilibrada, algo que, a la larga, les acabará pasando factura. Ya, de hecho, los está debilitando. Sólo se esfuerzan cuando quieren, cuando el rival es lustroso, cuando se le erizan los pelos con el himno de Händel. Tampoco ven el azulgrana del Eibar o el Levante del mismo color que el del Barcelona, pese a que ganar tenga el mismo premio. Será que no hay tantas cámaras y les da igual aparecer menos guapos.

El técnico vasco ya se olía en verano la tostá antes incluso de que se le empezara a quemar. Desconozco si el Sevilla ganará esta Champions, algo harto complicado, pero sí sé con seguridad que no volverá a jugarla la próxima temporada si mantiene esta dinámica. ¿Seguirían Krychowiak, Konoplyanka o Llorente si el equipo quedase noveno? Ni aunque quisieran. Serían insostenible.

Para colmo, se ha lesionado Gameiro. La culpa es de Emery, o eso dicen, por poner -una semana después del último partido jugado y tras haberle sacado del campo entonces en el minuto 70- de titular otra vez al galo, al que había metido cinco tantos en los últimos cuatro encuentros, al que siempre lo da todo, sea quien sea el rival que tiene enfrente, al que siempre rebaña el plato aunque la comida no sea exquisita. Si otros lo diesen todo, como hace él, si todos tuviesen su hambre, quizá no se hubiese lesionado, claro que no, pero ésa no es la realidad de este Sevilla.
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