Por la mañana sale el sol

Unai

Unai
- Eduardo Gil
Eduardo GilEduardo Gil3 min lectura
A mitad de camino entre el #Unaiveteya más caliente de la calle, de la grada y de las redes, está la crítica. Y seguro que siempre será más benévola que la del ultra más desencantado. Además, es a lo que juega el club desde hace tiempo para disuadir a todo aquel que pretenda asaltar palacio. Entrenador expuesto a todo excepto a la cercanía. Así es imposible que jamás saque los pies del tiesto cualquier Pepe Mel que se crea más importante que la institución y nunca invitará a comer a la opinion pública a su casa. Me temo que no es una metáfora. Y es que el sevillismo arrastra el vicio de poner en la diana permanentemente al entrenador desde que Del Nido lo entendió como una coraza presidencial en la era Jiménez. Tras la efímera confianza depositada en Álvarez, debemos recordar los años perdidos del interregno. En forma de acróstico parecería un sistema de juego, la triple ´M´ de Manzano, Míchel y Marcelino. Y llegó Unai para replicar las dos Uefas de Juande, que se fue antes que Daniel, Kanouté, Luis Fabiano. Aquel equipo que jugaba como los ángeles nunca volverá. Ahora se toca la música de un técnico estajanovista que no da para de hablar sin dar un solo titular, un enfermizo alineador que rescató Monchi del frio ruso, que resulta que ha devuelto la gloria a contraestilo. Puede que Unai esté pensando lo contrario a lo que declara y que si llega a saber que tal y como entra noviembre estaría casi fuera de la Champions y con un deficit de puntos en liga€ Prefiero pensar que las ideas se agotan, que los vestuarios se desgastan y que alguna vez el constante cambio de piezas supone un riesgo por muy buenos sean los propósitos. Pero ya que estamos, quedan casi siete meses de competición. La paciencia es la madre de la ciencia, al menos cuando se trata de Emery. De peores ha salido ileso.
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