Morir matando

Morir matando
- Eduardo Gil (13/11/2015)
Eduardo GilEduardo Gil2 min lectura
Ahora va a resultar que contra Pepe Castro se querella su vicepresidente por no dejar votar a los vivos en la última junta del Sevilla, y que los muertos que votaron el 23-S están, en su mayor parte, vivitos y coleando. El eje Oliver-Castaño-Lopera ha vuelto a resucitar a los béticos de buena fe. Y, como el tiro parece que les saldrá por la culata, no hará falta campaña alguna para activar a nadie en la próxima asamblea. Lo doloroso es que se ha utilizado cobardemente a una criaturita que tiene menos luces que años de bético.

Como Castaño debe ir preparando casi dos millones de euros para pagar las costas de su inútil petición de anulación de la junta de 2010 y lo que le pueda caer por responsabilidad concursal, esta vez ha preferido jugar a ser el bueno, el negociador. Manolo todavía espera meter a alguien muy cercano en el consejo de administración, así que, en esta ocasión, ha sido su compadre Jimmy el encargado de conducir a un betiquito al precipicio. Todo muy propio de la catadura moral de este grupo tan bien avenido. Es curioso que Castaño nunca se entera de nada. Ni de lo que pasaba en el club cuando estaba Lopera y después Oliver, ni de que el denunciante Juan Soria era uno de los consejeros que él mismo propuso hace apenas mes y medio. Pues han pinchado en hueso. Será que el ladrón siempre cree que todos son de su misma condición.
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