Ciudad Champions

Van quedando pocas cosas que trasciendan como el fútbol. El modelo de negocio global que iniciaron hace años en Inglaterra es el que se ha instalado en nuestro país. Primero en los grandes y después en todos aquellos que aspiran a serlo y se preocupan por potenciar su marca en los cinco continentes. Claro, al tiempo que intentan alinearse consigo mismos ganando algún título. Eso está solamente al alcance de un puñado de clubes, que más que soñar con levantar copas se proponen como objetivo tener algún día la oportunidad de competir en ese club selecto que les sobredimensiona y que tiene como epígrafe 'Liga de Campeones'.

En esta ciudad se ha rozado la gloria con la mera pertenencia a esa élite puntualmente. No sabemos si la Champions tardará en volver, pero la próxima ojalá sea de verdad. Es decir, entiendo que el fabuloso crecimiento estructural del Sevilla F.C. merecía haberse instalado en la competición, en vez de que el bombo le emparejara en el grupo de la muerte.

En cierto sentido para el fútbol con mayúsculas, fuera de ese circuito de grandeza, todo tiene un tono menor. Por eso mismo, no dejen que sea flor de un día. Recuerden que lo más difícil no es llegar, sino consolidarse.