Ninguna empresa cambia al director de obra cada año y menos por capricho de sus empleados, como lo hace el Madrid. Claro, que en su caso tiene asalariados en forma de estrellas a pie de obra. Ellos son los que mandan. Los artistas fueron consultados si la solución era Zizou justo después de vendérselo a través de los medios durante meses al cliente final, que es el aficionado. Florentino lleva un proyecto por año y seguramente se siente como Franklin Delano Roosevelt tras el ´Crack del 29´, probando en la Bolsa a acierto o error. Hasta que dé con la tecla o le reviente el Madrid. Presión o excelencia, Mou o Ancelotti, Benítez o Zidane. El modelo productivo cambia según se quiera castigar la relajación de las estrellas del vestuario. Ya me dirán cuál es la filosofía deportiva del mejor club del mundo, si ni siquiera tiene director deportivo. Enésimo sobresalto en el Ibex merengue. El sargento Benítez no ha sido profeta en su regreso a casa y toca autogestión. El Madrid sí paga a sus traidores, mejor que nadie. El circo debe continuar.
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