Empatía con el banquillo

Cuestión de empatía futbolística, como dice Cristiano. Por eso el Madrid hizo un gol cada cinco minutos de media, nada más saltar al Bernabéu. Jugaron los mejores, cada uno en su sitio y como con el Sporting no hay nada que temer, sobró más de una hora de partido.

Por eso a uno se le va la mirada fácilmente al Liverpool - United, porque juegan con los ojos inyectados en sangre. En la Premier el espectáculo no es saber cuántos van a caer, sino cómo pelean. La pupila decide sin necesidad de que ningún especialista en neuromarketing pueda explicarlo.

Como el sábado en El Madrigal, que tampoco engañó a los béticos porque su equipo fue a la verdad. Los de Merino se dejaron los pulmones en la presión, hubo orden y dieron lo que tienen. Es evidente que faltan cosas y sobre todo gol. Cuidado que la última vez que se resfrió Rubén, el Betis se fue a Segunda. Así que además de en Juande, sería bueno invertir en talento.

El resto ya lo dijeron los jugadores sobre el campo de Villarreal. No es un problema físico, era más bien de empatía con el que se fue.