Opinión

Violentos fuera, sevillistas dentro

Violentos fuera, sevillistas dentro
- Eduardo Gil (25/02/2016)
Eduardo GilEduardo Gil2 min lectura
Los ultras violentos con muertes a sus espaldas están identificados en este país desde hace tiempo. Y Tebas los tiene muy cerca. A los que no se han atrevido a meter mano -hasta que ha sido demasiado tarde- es a los Ultras Sur de Ochaíta y recientemente al Frente Atlético, responsable de lo ocurrido con Jimmy. "Somos la hinchada más loca, nadie nos viene a buscar, por eso vienen escoltados al Sanchez Pizjuán", eso canta Gol Norte, el corazón del estadio. Mucho más que una grada de animación. La policía, no obstante, cree que allí hay poco menos de un centenar de Biris alborotadores con su historial de andanzas repleto de denuncias, cuando no de cuartelillo, como ocurrió en Rotterdam. No seré yo el que los defienda porque en ocasiones avergüenzan al sevillismo, que suele mirar entonces para otro lado.

No todos los sevillistas son Biris y sólo unos pocos están fuera de control. Pero hacen un daño tremendo. Su ideología de izquierda radical les ha dotado de identidad propia, aunque a la mayoría de los centenares de miembros que pagan su cuota anual les basta con la pertenencia y con el descuento que obtienen en material.

El club les ha proporcionado tradicionalmente cuartito, entradas, viajes, financiación... lo que haga falta, menos violencia. Porque después pagan justos por pecadores, como en Vallecas, y además se le otorga a Tebas la excusa para acosar el Pizjuán.

En Madrid juegan a lo políticamente correcto y hace décadas que lo fácil es ejemplarizar por aquí. Cada delegado de seguridad, como el del Rayo Vallecano en este caso, goza de libre criterio en el derecho de admisión a los estadios. Es entonces cuando Tebas se lava las manos y miente. Nervión sí que está en la diana. No se le puede dar ventaja ni a unos ni a otros. Porque en medio está el que siempre paga: el Sevilla. Violentos fuera, sevillistas dentro.
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