La calma y la necesidad

Sin conocer absolutamente de nada a Fran Escribá, creo que el otro día dio un ejemplo a Lacen de que es muy importante pensar antes de actuar.

Lacen debió pensar poco antes de decir que su equipo era una mierda porque si algo grande tiene este deporte es que en 7 jornadas las cosas cambian mucho. Habría que preguntarle al argelino si hace 7 jornadas, cuando el equipo iba décimo a 7 puntos de la Europa League y a 10 del descenso, también pensaba que su equipo era una mierda y que iban a bajar a Segunda división. Pues bien, señor Lacen: yo he pertenecido a ese club y siempre veía que año tras año se decía que el equipo iba a acabar bajando a Segunda y pasados doce años el equipo continúa en Primera, con las dificultades que tiene un club como el Getafe. Si algo existe en ese club es calma y haría bien en mantenerla con un entrenador que demuestra un carácter que compagina con el del club. Quedan 11 jornadas y 33 puntos son muchos puntos.

Poco o nada benefician estas palabras de manera pública y menos cuando recibe a un Sevilla con una necesidad imperial de ganar fuera de su estadio para optar al cuarto puesto. En el Sevilla resulta extraño que veamos un equipo que ha realizado últimamente partidos buenos fuera de casa (aún perdiendo), como fue el de Barcelona, y que en casa, con un juego gris, acaba sacando los partidos. La necesidad de los puntos hace que tanto para unos como para otros los tres de hoy sean algo vital, y la calma es algo importante que hay que saber mantener ante situaciones de necesidad.

El Sevilla, precisamente, tras un inicio titubeante en las 7 primeras jornadas, supo mantener la calma y confiar en su grupo, que siempre es lo más importante en un deporte colectivo.