Yo digo

Quo vadis Betis?

Quo vadis Betis?
Antonio José MedinaAntonio José Medina 4 min lectura
Admito que era de los que pensaba que tras el famoso 23-S la tranquilidad llegaría finalmente al Betis. La apuesta casi unánime -Castaño tenía sus acciones, las de Lopera y poco más- del beticismo de a pie por un proyecto serio, estable, planeado a varios años vista, con el objetivo de llevar al club a donde por afición e historia le correspondía hacía augurar tiempos mejores. Inocente. En poco más de cinco meses ha habido dos presidentes, dos técnicos, cambios en el consejo y movimientos para cambiar una dirección deportiva que era la piedra angular sobre la que se iba a construir este proyecto. ¿Eso es estabilidad? ¿Eso es respaldar a los que están trabajando para lograr los objetivos al final del ejercicio? ¿Eso es darles tranquilidad para que hagan bien su trabajo?

Yo era de los que pensaba que con el famoso entorno ya en paz, una vez obtenido su espacio dentro del club, sólo se hablaría de fútbol, acabarían los líos institucionales, habría transparencia y los béticos podrían disfrutar de una época tranquila, en la que los vicios pasados quedarían en el olvido. Inocente. Aquí nada ha cambiado: cuando los resultados no acompañan y los nervios afloran, hay lío; y cuando ocurre lo contrario, la pelota entra y la afición está contenta, siempre sigue habiendo algo que empaña esta alegría. Y si llegan las críticas se toman medidas -el domingo lo pudimos apreciar- que no se veían desde la primera época del todavía máximo accionista y anterior máximo mandatario, allá por los noventa.

También era de los que pensaba que con Ollero y Macià se construiría, con tranquilidad y sin apelar al tradicional pan y circo para contentar a la afición, un buen equipo de aquí a tres años que pudiera pelear por Europa. Inocente. El primero ya no está, harto de que se entrometan en su trabajo, y el segundo, que ha logrado en enero firmar lo que le hacía falta a la plantilla pese a las fuertes presiones que tuvo que soportar, y a que ya trabaja con criterio para la próxima temporada -Luis Hernández es el mejor ejemplo- está en entredicho cuando no ha cumplido el año en el club. Valiente proyecto es ese.

¿Cuántos presidentes, directores deportivos, directivos... han pasado por Heliópolis en los tres últimos años? De entrenadores no hablo, porque eso es ya algo habitual en todos sitios y estoy de acuerdo con Haro en que no es momento para plantear el debate sobre Merino, aunque tanto él como la cúpula directiva lo hayan abierto mirando sustitutos para junio. Con todo esto, ya me parece un milagro que el Betis esté en la situación en la que se encuentra ahora mismo y en gran parte se debe a la masa social, a esa afición, la única estable, la que nunca falla.

El Betis puede ser muy grande, pero no puede apelar siempre a eso y a la atrayente ciudad que le vio nacer para convencer a buenos profesionales, ya sean jugadores, técnicos, etc, de que éste es un sitio en el que podrán desarrollar su carrera. Necesita orden y ´es-ta-bi-li-dad´. Sólo así podrá crecer como club. Mientras, y pese a que pueda tener épocas de bonanza, seguirán los vaivenes.
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