No escondo que es mi candidato ideal a la dirección deportiva del Betis apriorísticamente. Por eliminación, el responsable futbolístico del Getafe, es el más fiable de todos los que han salido a escena hasta el momento.
Maciá está quemado. Ha jugado con fuego con sus jefes y parece el único que no ha advertido que Ollero ya no está y que en el consejo no tiene ni un solo apoyo en firme. Reaccionó tarde, tal y como cerró el mercado invernal y con la liquidación lista, parece que pretende dar algún dolor de cabeza con el respaldo público que reclama.
Puede que sus gestiones estén diseñadas a la medida del CEMAC. Por otro lado, el consejo confía ciegamente en
Alexis. A pesar de haber degradado al canario, su último encargo nada menos es tutelar y ayudar a Merino a lograr la permanencia. Su regreso sería difícilmente explicable, ahora que se busca la excelencia. Resulta que el presidente Haro no acaba de encontrar un hombre de fútbol que luzca éxitos en su currículum.
Miguel Torrecilla podría haberse subido a la parra y como mucho aspira a meter al Celta en Liga Europa.
Miñambres parece descartado y más tras su duelo a tortas con Jémez, en el que se ha pensado más de una vez en Heliópolis. Puede que una tercera vía que no esté intoxicada y procedente del extranjero sea tentadora, pero
Muñoz presenta varias ventajas. Es el único candidato que ha tenido la honestidad de abandonar un grande por voluntad propia al no clasificar al Atlético de Madrid para la Champions el año que firmó al Kun Agüero.
Gil Marín quiso repatriarle hace poco junto a
Kiko Narváez. Su experiencia, reputación entre los clubes y red de contactos le avalan. Maneja el mercado, las agencias, la Liga y la Federación. Ángel Torres presume de manejarle, pero es al revés. Su principal cualidad es que se trata de un tipo íntegro. ¿Acaso se busca otra cosa?
Eduardo Gil3 min lectura