Echar el resto

Es todo una gran mentira. La liga es como un partido de baloncesto igualado. Se eterniza hasta que todo se resuelve al final en un suspiro. Lo dijo Luis y lo sabía Johan. Si llegas a abril o mayo mal colocado, lastrado por las lesiones, con problemas de vestuario o de contrato, o sencillamente se te cae el equipo físicamente, tiras al vertedero una temporada de trabajo enterita. Cruyff ganó dos ligas sobre la bocina no solo porque la suerte le pilló trabajando sino porque creía en lo que hacía. Así que a la liga le quedan 8 partidos, 11 como mínimo para el Sevilla en tres competiciones. Emery y Merino van a echar el resto. Uno lo mima todo al detalle. Paradójicamente, quizá ése sea su gran defecto: no deja nada a la improvisación. El otro se ha remangado a diario, ha escuchado los consejos al oído de Alexis y ha terminado por demostrar que el único que hubiera fichado a Damiao es el director deportivo. Recuerden aquel desafío en el consejo que presidía aún Ollero: "Leandro o nadie". Al Betis le basta un triunfo o dos para que todos empiecen a pensar en la próxima temporada. El Sevilla necesita dos victorias más que el Villarreal. Con permiso de dos a los que debe mantener a raya, Celta y Athletic. Precisamente, los de Valverde son el penúltimo obstáculo a doble partido para repetir final en una misma campaña. Como aquel fantástico 2007 de Glasgow y del Bernabéu. Después llegará un largo verano donde los béticos soñarán con quedarse con Musonda otro año a préstamo y debatirán sobre qué nombres deben dirigir el fútbol del club. Los sevillistas serán de la roja a muerte, aunque Rico no juegue un solo minuto, aunque en parte irán con la Polonia de Krychowiak y la Ucrania de Kono. La transición silenciosa de Del Bosque no me entusiasma, dicho sea de paso. Sólo confío en no enterarme por Periscope que el relevo es Camacho. No por Dios. Como no espero mucho del periodo estival, solo una petición: a muerte con lo que queda. La temporada se juega en mes medio y medio. Poco más.