Las notas de Hugo

Promesas esculpidas

Promesas esculpidas
- Hugo Salazar
Hugo SalazarHugo Salazar3 min lectura
Se vierte últimamente en el oído del beticismo un dulce elixir que hace, más que presagiar, soñar los cimientos del Betis del futuro. Un Betis lleno de gloria. Un Betis antes ya prometido. Un Betis que no existe. La afición del Betis, que hace mares de desiertos, se alienta ahora con la ilusionante propuesta del nuevo presidente. Ojalá sea cierta, y no el carrusel de espejismos que este histórico club ha sufrido en estos últimos años. Una sarta de mentiras y despropósitos.

¿Será el nuevo mandatario el mesías verdadero? ¿O un falso profeta más? Aunque muchos piensen lo contrario, al bético no le gusta vivir el mal trago de llevar la bandera del club de los desastres. Él quiere creer y necesita agarrarse a algo, de ahí su desmedida fidelidad. Pero, un clavo ardiendo deja muchas cicatrices, y de éstas el beticismo sabe un rato. Por eso se le permite al menos el receso de la incredulidad ante la figura de un nuevo regente. Lo único que desea es que la manera de esculpir el nuevo Betis sea lo más brillante posible, hasta el punto de exclamar: "¡Betis, habla!".

A ver si de una vez por todas deja de ser el pobre más pobre. Y si este señor y su equipo de trabajo al completo devuelven al Betis al lugar que le corresponde tendrán el respeto de toda la afición. Sin duda. Pero hablar de todos los asuntos extradeportivos sin tener al equipo salvado parece peligrosamente atrevido. El Betis tiene aún que sumar los puntos necesarios para, si quiere, tirarse a la bartola lo que reste de temporada. Así que desviar la atención del césped es hacerse un flaco favor. El foco de atención debería estar en lo más inminente, lo de hoy: la misión casi imposible que tiene el Betis a orillas del Manzanares. Una quimera.

La más cruel trampa para el Betis sería tener en cuenta las bajas del equipo rojiblanco. San Mamés es la prueba más reciente. Golpe de realidad. Así que un último esfuerzo, un último empujón. Y ya luego sí pensar en modelar el mejor Betis posible. Y aquel que esté al frente del club tendrá el apoyo momentáneo sin condición, no hay duda. Eso sí, susurre en el oído de la afición toda la verdad posible.
Ayer tuve un sueño, y el Betis habló.
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