Opinión

Ultras

Ultras
Eduardo GilEduardo Gil2 min lectura
Son capaces de recorrer mil kilómetros por el desierto en apenas veinte días, cruzar a nado el estrecho, zamparse una etapa digna del Tour y terminar el fin de semana completando casi un centenar de km a pie. Son ultrafondistas, desafiantes y aventureros que, igual que se desayunan un maratón, se quedan con hambre tras un sufrido triatlón.

Entrenan entre cuatro y ocho horas, trabajan para vivir y duermen lo justo. Son sus propios nutricionistas. Su único marketing es el podio. No hay fin de semana que no se apunten una trail, o a preparar los 101 de Ronda. Suben cada verano al Veleta en la Ultra Sierra Nevada, sueñan con participar en la Titan Desert, con ganar la Fuga de Alcatraz o completar el Maratón des Sables. Unos son de un solo día, los ironman. Otros le sacan partido a su capacidad de recuperación en pruebas más largas como los ultraman.

Ya no se se trata de ganar sino de terminar. Retarse constantemente es su forma de vida. La paradoja es el matiz solidario al que tienen que recurrir para llamar la atención y lograr visibilidad para sus 'partners'. Son hombres y, sobre todo mujeres, que están protagonizando una explosión generacional que eleva el deporte más allá del negocio mediático que compramos en masa como rutina. Si se trata de una nueva religión, seguramente ellos son los apóstoles.
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