Opinión

De repente el derbi, Unai

De repente el derbi, Unai
- Eduardo Gil
Eduardo GilEduardo Gil2 min lectura
Se ha caído el Barcelona como se podía haber caído el Sevilla, que también. El triunfo en San Mamés, el penalti de Beñat y lo cerca que está Basilea amortiguan el dudoso honor de ser colista del último mes de competición liguera. 1 de 12, como el farolillo Getafe, que acaba de cambiar de técnico y a ese líder venido a menos al que habrá que apuntillar en la final de Copa. Cada uno desdramatiza a su manera.

Ángel Torres, sustituyendo a Escribá por Esnáider, Dani Alves con peluca, Luis Enrique siendo borde con la prensa y Unai rotando. Si se alcanza la gloria el 18 y el 22-M habrá que agradecerle al Villarreal que haya tomado posesión de la cuarta plaza tan pronto. Olvidarse de la Liga puede ser cómodo, reduce presión, pero es peligroso. No recordamos a un Sevilla alzando títulos tan bipolar, tan ciclotímico.

Otra advertencia, como la de su incapacidad de no ganar fuera. Por otro lado, a la heroica subió Palop a rematar en Donetsk, o M'Bia en Mestalla. ¿Suerte? Mucho más que eso, porque existe una pauta de comportamiento: el éxito. Y si acabar en el Molinón con una racha que ya dura demasiado sería un guiño al Betis, no es menos cierto que el derbi del domingo lo es todo para el eterno rival. Emery está avisado.
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