Soy periodista y atiendo a mi propio criterio. Si tuviera en cuenta la reacción de los demás a las informaciones que honestamente ofrezco, mal asunto. Tampoco se trata de herir a nadie. Nada de esto es personal o fruto de un vómito impulsivo por alguna frustración recóndita en mi inconsciente. Llevo tanto en esto que donde otros tienen colores yo solo veo el sospechoso negocio que cantaba Benito Moreno con aquello de "los borreguitos pagando". Seguramente el que me ajusticia en Twitter es el mismo para el que trabajo sin que él lo sepa. Para que le engañen lo justo. No más. Me escuchan, me leen, me ven y en ocasiones ni me entienden. A veces tampoco yo porque la verdad es relativa y extremadamente compleja.
Los hay que trabajan con los que deberían ser solamente sus fuentes, otros juguetean con la idea de ser algún día como Emery porque van tarde para ser Joaquín. No les juzgo. Perro no come carne de perro. Hay tanta faena que no puedo perder el tiempo en canibalismos. No vaya a ser que si cambio el punto de mira, Figo me confunda con una guapa reportera o que se burle Luis Enrique y tenga que atizarle con mi pluma. Tranquilos, no soy como Tassotti.
Eduardo Gil2 min lectura