Corrupción, amaños, apuestas y hasta dopaje... ahora también violencia. Hay más noticias de incidentes a diario que partidos en agenda. Y nadie le pone el cascabel al gato. Francia retiró las pantallas de los veladores y después impuso la ley seca. Se han arrepentido de organizar el evento demasiado tarde. El Kremlin reprocha que todos los deportados sean rusos. Más de trescientos detenidos en menos de una semana. FIFA se cubrió de gloria votando por Qatar y antes, dando el Campeonato del Mundo 2018 a Moscú. ¿Se imaginan al próximo anfitrión mundialista expulsado de la Euro? Pero UEFA amaga y no da.
La selección española llegó ayer a Niza a escondidas, por si acaso. Ni un autógrafo, ni una foto, ni una bufanda. En la calle se ha instalado el ´modo pánico´. El fútbol, secuestrado. Y para tristeza de patrocinadores y aficionados, la fiesta se queda en mediática. Porque, ni siquiera la amenaza terrorista calma a las hordas. Peleas, agresiones, heridos, gas pimienta... mientras ISIS anda suelto. ¿Recuerdan la pareja de policías franceses asesinada? El espectáculo debe continuar. El motociclismo nos enseñó a enterrar nuestros muertos en caliente y seguir. El próximo campeonato de Europa se repartirá en varias ciudades para que el marrón sea compartido. Y el bombo necesitará de las bolas caliente de las que habló Blatter para evitar que rusos e ingleses coincidan en el mismo grupo.
Eduardo Gil2 min lectura