Pedro se ha convertido de nuevo en Pedrito. Su ataque de 'yoísmo' es casi más imperdonable que el perdón a medias que le obligaron a escupir para intentar arreglarlo por la tarde. La enfermedad del futbolista es la misma que la de la sociedad en la que vivimos: egoísmo. En su caso, elevado a la enésima potencia. Debiera preguntarle el canario a los Borja Bastón, Diego Costa, Lucas Pérez, Fernando Torres, Rubén Castro o al mismísimo Jesús Navas si ellos consideran sus palabras una falta de respeto.
Piqué, el defensor de las causas perdidas, va y lo arregla. "Es que la prensa es la hostia". Le ha faltado decir pobre criatura, con lo bueno que es y lo poco que juega. Dos internacionales con la 'Roja' reflexionaban de distinta manera. Marchena pide que el nuevo seleccionador valore el trabajito que costó hacer a este equipo campeón. También estoy de acuerdo con Salva Ballesta. Basta de mojigatería, desterremos la hipocresía. Pues eso, hablemos claro: no merece jugar un solo minuto más en Francia.
Sobran egos y falta generosidad. Casillas es un ejemplo en este sentido. Pedrito, el desagradecido, ha puesto de acuerdo a media España que quiere que se vuelva con quien verdaderamente le entiende, Mourinho
Eduardo Gil2 min lectura