Por la mañana sale el sol (Opinión)

24 horas desesperadas

24 horas desesperadas
- Eduardo Gil
Eduardo GilEduardo Gil2 min lectura
Dieciséis años y dieciséis finales después, ni Monchi ni el Sevilla merecían este desenlace, más propio de Juande que de ´El León de San Fernando´. La gestión de su adiós ha sido espantosa, traumática e inoportuna. Todo de repente, en caliente y en público, como si detrás hubiera un soterrado pulso. Se han manejado en el club asuntos más feos con mayor discreción y nunca se trasladó tanta angustia al sevillismo. La espantá de Monchi durante 24 horas ha destrozado la sólida imagen que se ha forjado la entidad, ponía en peligro el proyecto deportivo de Emery, rompía el equilibrio de fuerzas accionariales y suponía una deslealtad, en primera persona hacia el presidente Castro.

Quiero pensar que todo ha sido fruto de un brote psicótico, de un exceso de tensión, de fatiga, de un mal pronto. La lógica me dice que Mou trabaja sin director deportivo, que para eso tiene a Mendes en Old Trafford. Necesito creer al Espanyol a sus chinos, que pensaron primero en Caparrós, después en Quique Flores para su banquillo, y acaso se entrevistaron con otro veterano de los despachos como Toni Muñoz y lo eligieron a él antes que a Monchi. Quiero entender que Monchi se ha lanzado sin paracaídas. O es muy tonto o es muy listo, decían en el club anoche. Ojalá haya sido un trastorno emocional pasajero, pero recomponer esto tiene mal arreglo.
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