Retoques mínimos para seguir igual

"No hay fórmula para pararle, porque juega dependiendo de lo que haces tú. Si lo quieres parar por un lado se va por otro y busca la manera de que no puedas pararle", así contestó ayer Poyet a la pregunta del millón: ¿Cómo se para a Messi? El argentino se ha sacudido la depresión que contrae cada vez que viste la albiceleste y ha destapado el tarro de las esencias en ´bolos´ estivales y, sobre todo, en la doble cita de la Supercopa con el Sevilla.

El ´10´ culé ha vuelto en plena forma y se muestra aún más omnipresente sin Neymar (en los JJ.OO. con Rafinha) y sin Iniesta (lesionado, como Mascherano, Mathieu y Ter Stegen).

Un Messi mucho más mediapunta y más generador que finalizador es el principal rasgo de este nuevo Barça, que hoy no será tan nuevo. Umtiti y Digne, quien compite con Jordi Alba por un puesto en el lateral zurdo, serían la únicas caras nuevas en un equipo que no necesita retoques. Juega de memoria, con laterales que sobre el papel son extremos que generan superioridad arriba, dos centrales muy abiertos y Busquets a los mandos de una sala de máquinas donde le escoltan Rakitic y un Denis Suárez que deberá hacer de Iniesta ante la baja, una más, del sancionado André Gomes.

Con un fútbol control con el balón -moviéndose siempre para multiplicar las líneas de pase y perfeccionando cada vez más los otrora denostados contragolpes- y una fuerte presión tras pérdida, el Barcelona acaba encontrando el hueco defiendas como defiendas.