Caza a Marcelino

La del asturiano fue de una torpeza incluso doméstica. No se tapó ni su señora cuando lanzó aquello de "trabajo hecho", nada menos que en un sitio tan íntimo como Facebook. Pero de ahí a la criminalización de uno de los técnicos con mejor reputación del país va un trecho. Y es que, entre el dueño del Villarreal y el administrador de los intereses creados del fútbol, han sentenciado ya al culpable. Cuando apenas se acaba de abrir expediente al Sporting-Villarreal, con el que acabó la última Liga. Da miedo que empiecen por Marcelino y terminen por llamar a Mel o a Fabricio. ¿Recuerdan aquel partido de El Molinón? Tendrá Tebas cadáveres que esconder, en las más profundas entrañas de su más que dudosa trayectoria profesional en el fútbol, como para cebarse con García Toral? Eso sí, el entrenador debe salir de inmediato y preguntar directamente de qué se le acusa y qué pruebas hay al respecto. El silencio te inculpa, querido. Seguramente no es inocente del todo, pero ni mucho menos es el único en haber caído en la tentación de dejarse ir cuando el trabajo está terminado. Y es humano, también es fútbol. Tengan valor de escarbar en las cloacas de los que ponen horarios, árbitros y sanciones para que la Liga se la jueguen los dos o tres de siempre. Porque son los acusadores de ahora, los que han convertido el fútbol en un fraude, mucho antes de que Marcelino pusiera a los suplentes en Gijón.