La mano de Juan Merino todavía no mece la cuna

Óscar MurilloÓscar Murillo
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La mano de Juan Merino todavía no mece la cuna
- Óscar Murillo (13/01/2016)
Ni el tempranero 1-0 de Reyes, que apagaba cualquier atisbo de milagro en verdiblanco, acalló el postureo de algunos iluminados en redes sociales y emisoras de radio, expertos de pacotilla que veían ya al cuarto de hora la mano de Merino. Con el 4-0, lejos de rectificar, incidían en la mejoría exhibida por un grupúsculo de futbolistas que, en realidad, volvieron a ser arrollados por un EQUIPO.

Así, con mayúsculas. El postureo de las trincheras, ése que dice Ollero que tanto daño hace al Betis, exhibía su demagogia, tan censurable como la que enarbolan quienes siguen llorando la marcha de Pepe Mel o, amparándose en la posición en la clasificación y la distancia con el descenso (que lo único que indica es que hay tres todavía peores), se siguen llevando las manos a la cabeza por la destitución del madrileño, obviando la racha sin ganar ni marcar de la escuadra verdiblanca.

No es verdad que Macià haya bordado la planificación y Mel desaprovechado los inmensos recursos que le aportó, pero tampoco que el valenciano sólo haya traído jubilados y 'bultos' sospechosos a los que no se les puede sacar más. Sea como fuere, hay que pasar página. Y, por supuesto, exigir al director deportivo que llegó a bombo y platillo que mejore la plantilla de aquí al 31 de enero. Porque, desde luego, cabe mejoría, visto lo visto. Si van a buscar financiación para traer a un entrenador, que hagan lo propio para los tres refuerzos que necesita el Betis. Porque, después de ido el conejo, ya no tendrán sentido los palos a la madriguera. Pero, volviendo al inicio de esta columna, no hay que ser muy avispado para saber que la mano de Merino, después de dos entrenamientos, ni se notó ni se podía notar. A Juan, agradecimiento, respeto y apoyo.
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