En análisis del Eibar-Betis

Damnificados en cadena

Óscar MurilloÓscar Murillo
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Damnificados en cadena
El armero Keko fue de lo mejor del Eibar ante el Betis. - Óscar Murillo
Era bastante probable que el Betis echase de menos ayer a Dani Ceballos, uno de los pocos capacitados para generar juego entre líneas, pero, si bien Merino encomendó el timón a quien tiene un perfil más parecido al del utrerano (Portillo), el resto de ausencias le obligó a una cadena de movimientos de discreto resultado. Vistió santos detrás colocando a N´Diaye junto a Pezzella, aunque Xavi Torres no fue una solución en la sala de máquinas, naufragando en la resta y afeando un poco más el rendimiento de Petros, sobrecargado. Ninguno creó, pero bien es cierto que, en el 1-4-2-3-1 diseñado por el linense, la manija debía ser compartida entre Portillo, Joaquín y Musonda. En teoría, con la acumulación de hombres por dentro con este fin, Cejudo y Montoya debían dominar sus respectivos carriles. No fue así, ya que el Eibar percutió constantemente por ambas bandas: Capa y Keko, por la derecha; y Juncà, por la izquierda. Encima, ni el pontanés ni el catalán recibieron ayuda hasta el epílogo, cuando, con la salida al campo de Molinero y Varela, los verdiblancos acabaron con dobles laterales para intentar taponar la fuga constante por fuera.
En la segunda parte, el Betis acabó aceptando la evidencia y asumiendo que sólo le quedaba replegarse alrededor de Adán, después de un inicio de partido interesante tácticamente hablando. Con defensas adelantadas, se jugaba en espacios reducidos, imponiéndose de salida la intensidad armera, pero respondiendo bien los heliopolitanos con unos 15-20 minutos de inspiración entre líneas, sobre todo de Joaquín y Portillo.
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